Podrían correr ríos de tinta y seguro que se nos escapan muchas cosas, pero si naciste en la década de los 90 y te criaste en Triana es bastante probable que conozcas o hayas pasado por varias de las siguientes situaciones.
1. La desaparición de los “Todo a cien” o “los veinte duros” del barrio, que dejaron paso a “los chinos” mientras la peseta se difuminaba en tus recuerdos.
2. El columpio redondo del parque del Turruñuelo donde se montaban cuatro o cinco amigos a la vez. O seis, o siete…
3. En tu niñez, el Mercado de Triana se encontraba entre la calle Alfarería y Pagés del Corro. La reinauguración en 2001 en su espacio tradicional de la Plaza del Altozano fue la novedad para la generación de los 90. Al contrario que el resto del mundo, que lógicamente había conocido siempre la Plaza de Abastos en su actual ubicación.
4. Ya no se ven jeringuillas en los setos de Mar de Plata. De pequeños, mientras tus padres se tomaban su cervecita en Mariscos Emilio (actualmente Cervecería La Grande), jugabas en los setos de atrás. Tenías que sortear alguna que otra jeringuilla, por el contrario nada te impedía echar el rato. Los consumidores trianeros ya no son de pincharse, así que esto se ha perdido. Hay que reconocer que ha mejorado la limpieza de la zona.
5. La adolescencia en “Boss Light”. La discoteca de tu barrio marcó una época mucho más allá del puente y en Triana se vivió con una intensidad especial. La fiesta de la espuma o la del semáforo, siempre en vuestros corazones.
6. El apogeo del “movimiento cani” y sus destellos por Capote o el Paseo de la O. Algo harías. ¿Una manita de oro? ¿Un sello? ¿Un chándal Cortez? ¿Tu Sonic o tu Jog? ¿Muelles? ¿Viserita? No hay nada de lo que arrepentirse.
7. La placita de Clara de Jesús Montero con Procurador, frente al Hotel Triana, eso era otro universo distinto al de hoy en día. Ni monumento al gran Naranjito de Triana, ni parquecitos infantiles, ni terracitas… Solo se mantenía en pie tal y como hoy lo conocemos el ficus. En el extremo más cercano al colegio José María Izquierdo, una estructura extraña sostenida por cuatro columnas, cuya utilidad nunca se conoció muy bien, servía de cobijo para indigentes que allí pasaban la noche y hacían sus necesidades.
8. El Lunes Santo, los niños subidos en los árboles de la plaza y en las columnas de la Parroquia de San Gonzalo para ver la salida de la cofradía. Desde hace unos años no está permitido.
9. El verano y tu infancia van irremediablemente unidos a los cines de verano trianeros, como el del Turruñuelo o el Cine Avenida de Pagés del Corro.
10. Gustos y estilos aparte. De una forma o de otra viviste esto, “Sa o ke”. Si se meten con tu gente, les partes el alma. Cada trianero a su manera “lleva a Triana por bandera”.
Imposible resumir una generación de este barrio en 10 vivencias. Muchas más se os vendrán a la cabeza tras leer esto, incluso a nosotros segundos después de publicarlo. Os animamos a que compartáis las que tengáis presentes o se os vengan a la mente.
S.A. / J.F.M.