A falta de doce días para que la Hermandad del Rocío de Triana parta hacia la Aldea, rememoramos siete tipos de personajes o situaciones que podrás vivir en la que es una de las mañanas más especiales del año para el barrio. La corporación de la calle Evangelista es nada más y nada menos que la sexta Hermandad Filial del Rocío por orden de antigüedad y la primera que nació en Sevilla capital, superando incluso a la de Huelva y a muchas otras del Aljarafe, territorio rociero por excelencia.
Huelga destacar que la verdadera devoción y fe rociera en Triana está a prueba de bomba. Aún así, la mañana que salen las carretas se genera un ambiente festivo alrededor de la comitiva que nos deja unas estampas bastante folclóricas, características y peculiares y seguro que todos los que lo han vivido en sus carnes son capaces de reconocer:
–Si vas al colegio o al instituto te cortan las clases, normalmente, porque salen las carretas hasta que pasa la Hermandad. En ese momento piensas: “voy a dormir dos horitas y media más”. Mentira. A las 7 de la mañana están sonando cohetes y no te duermen ni 10 cajas de Lorazepam.
-Siempre hay una o varias personas que van por su décimo botellín a las 10 de la mañana. Sin soltarlo, luchan por guardar la compostura y mantener el equilibrio pero ese ojo guiñado, esa sonrisa pícara o esa línea de maquillaje emborronada los delatan.
–El cohetero. Cuando el cohetero está en medio de la carretera concentrado en su misión no lo detiene ni el Huracán Katrina. Puede desbocarse una manada de bueyes que él sigue ahí, impasible, mientras explotan en el cielo de Triana los cohetes y retumba su sonido. El mismo que no te dejan dormir si no tienes clase.
–La “abuela Duracell”. Personaje por excelencia. Gloria de nuestro barrio. Si no la quieres, no quieres a tu madre. Es el prototipo de señora que igual lleva sin salir de su casa un mes pero cuando salen las carretas, cuando sale su Triana, va a por todas. Total, “para lo que me queda en el convento…”. La abuela se lo juega todo: el marcapasos, la prótesis de cadera, los dieciocho cateterismos… Esa mañana trianera bailará con sus amigas y su delantal de lunares las sevillanas de “Me gusta a mi Triana, miarma, porque es mi barrio”. Y lo que le echen.
–Atrévete a coger el autobús. La App de Tussam esa mañana está de descanso. Si quieres salir de Triana de otra manera que no sea andando, haber salido antes. O te esperas a que pasen las carretas. O te vas a verlas.
–El hombre que grita. Los “vivas” son su misión y, aunque a veces se turnan entre varios, no para de gritar en muchas horas pero su voz ya lleva muchos Rocíos, ya lleva muchas romerías. Está asegurada a todo riesgo.
–El famoso va de incógnito. ¿Cuántos personajes conocidos pueden ir al Rocío con Triana? La gran mayoría pasan desapercibidos vestidos de romero con su pañuelo y su sombrero en cuya banda pone “Triana”. O de flamenca sobre un caballo.
Una experiencia tan espectacular seguro que nos aporta muchos más momentos o personajes que habremos dejado atrás. Un camino en el que, por supuesto, prima la devoción, pero con un poco de humor esta es una de las múltiples caras que presenta el Rocío, concretamente en Triana. Dicho esto, ¡viva la Virgen del Rocío! ¡Viva la Madre de Dios! ¡Viva la Blanca Paloma! ¡Viva el Pastorcillo Divino! ¡Viva la Hermandad de Triana! ¡Viva Triana!
J.F.M.