Una vieja polémica llega de nuevo; los candados vuelven al puente, a uno de los dos que unen nuestro barrio con el resto de la ciudad. Esas pretendidas muestras de amor incorporadas de modas de otras capitales europeas chocan frontalmente con el civismo y la conservación del mobiliario urbano.
“Hay que respetar un monumento nacional”, nos traslada a través de nuestra cuenta de Twitter (@Triana_aldia) un lector: @jdmsevilla. Él rechaza la situación que se muestra en las barandillas del puente y lo ilustra con la imagen que encabeza esta información. Se trata de un conflicto que durante mucho tiempo dio que hablar y se solucionó retirando los candados, aunque nunca se logró hacerlo completamente ante la dificultad de mantener las barandas totalmente despejadas. Sin embargo, parece que los peores tiempos han vuelto.
R.T.
