El Club Atlético Central encadena su tercer ascenso consecutivo y entra en la División de Honor tras vencer al Estrella San Agustín.
El buen trabajo que llevan años haciendo en el club trianero sigue dando sus frutos, y tras la victoria de este fin de semana ante el Estrella San Agustín por 0-4, el club asciende a la División de Honor. Es el tercer ascenso consecutivo que encadena el Club Atlético Central en tres años.
El técnico, Jesús Viola, solo realizó dos cambios en el once respecto a la semifinal ante el Villafranco. Optó por José en portería; Prosper, Emilio, Pumar y Talegón en la zaga; Nimo y Benavent en la sala de máquinas; Pavón y Luis Marín en las bandas; Juanma Picchi en la mediapunta y Luka Moraes en la punta de ataque.
En cambio, en el Estrella San Agustín, Juan Luis Toledo optó por Llanes, Pérez, Jaime, Alberto, Enrique, Carlos Álvarez, Martínez, Maraña, Joel, Escudero y Raúl Rojas.
Aunque el primer cuarto de hora el dominio fue para los blanquiazules, llegó el primer gol de Luka Moraes, el ariete brasileño del Club Atlético Central, tras una buena combinación entre Pavón, Nimo y Juanma Picchi. Este último dio un último pase preciso y el dorsal 9 blanquinegro lo definió. Tras el tanto, pudimos ver a un Central mucho más sólido y que no permitió al Estrella San Agustín disfrutar de ninguna aproximación con peligro.
En el segundo tiempo, solo hubo que esperar 7 minutos para que llegara el segundo gol, que nació de las botas de Juanma Picchi. Mientras, en la grada la afición vibraba ante un ascenso que se acercaba más y más. En el minuto 61 llegó el tercer gol. Un forcejeo de Luka en el centro del campo y un valiente Pavón que fue vertical y dio un último pase a Mateo, el cuál estaba solo en el sector izquierdo. Mateo, en uno de sus primeros contactos con balón y con mucha sangre fría, regateó a Llera y finalizó a placer para poner el 0-3 en el marcador.
En el minuto 75, el equipo dirigido por Juan Luis Toledo se quedó con un futbolista menos debido a la expulsión de Escudero por doble amarilla. Poco después, llegó el definitivo gol de Alberto Picchi, quien fue el héroe en la semifinal contra el Villafranco. Una jugada a balón parado y un defectuoso despeje de Saavedra, el arquero blanquiazul, dejaron una balón perfecto para que Alberto contactase con él y lo mandase al fondo de la red.
Y a partir de ahí, con el pitido final, estalló el júbilo. Y el ansiado ascenso se consumó en una gran fiesta de todos los que lo han hecho posible, desde directiva a jugadores pasando por todos los que trabajan para el club y lo animan desde la grada. ¡Enhorabuena!