
El estudio que está llevando a cabo el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) en la Barriada del Carmen, enmarcado en el proyecto _re-Habitar, que realiza investigaciones sobre las viviendas andaluzas del Movimiento Moderno, nos aporta una información muy valiosa e interesante sobre los orígenes y la evolución de esta zona de Triana.
En los años 30 y 40, ni siquiera se había planteado aún la construcción de la Barriada del Carmen. Durante este período proliferaba la parcelación ilegal de fincas de la ciudad, lo que dio lugar a barrios exentos de infraestructuras en los que no intervenía el Ayuntamiento. Igualmente, en dicha etapa se consolidaron el Barrio Voluntad o el Barrio León.
Además surgieron barriadas donde se acumulaban chabolas en las que podían habitar un total de 600 familias, como la del Turruñuelo o la de Haza del Huesero. El resto del espacio comprendido entre el río y el muro de defensa estaba sin urbanizar.
Por su parte, la desaparecida barriada de Haza del Huesero se ubicaba en el actual Charco de la Pava y estaba formada por ‘viviendas de autoconstrucción’. Tal y como recoge el autor José María Luján en una de sus obras, en Haza del Huesero había “cuadras, chatarrerías, vaquerizas y numerosas chabolas desde la Guerra Civil”.
Posteriormente, la “política de erradicación de estos núcleos y los estragos de las inundaciones, los desalojos se producen periódicamente y los vecinos pasan a ocupar algunos de los pisos del Polígono San Pablo o de las Tres Mil Viviendas”. En el año 1991 se procedió finalmente “a su erradicación, terraplenado y nivelación para convertirlo en aparcamientos para la Exposición Universal de 1992”.
En el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1946 se proyectó como zona verde el borde occidental formado por los terrenos inundables (situados en el actual Charco de la Pava), las riberas de la Dársena de los Gordales y una zona de Triana delimitada.
El espacio comprendido entre Alvar Núñez, el muro de defensa, López de Gomara y Los Remedios se calificaron como edificación intensiva. El plan contemplaba dotar de vivienda la parcela de la barriada y rodearla de espacio verde.
El Tardón y la Barriada del Carmen nacieron en los años 50 con la promoción de la vivienda a gran escala y la construcción de viviendas protegidas. Concretamente, ambas barriadas surgieron gracias al Decreto de 1951 y supusieron la edificación de 5000 viviendas en terrenos cedidos por el Ayuntamiento.
Se escogió su emplazamiento actual por la cercanía al Barrio León y a una vía importante, lo que permitiría limitar los gastos de urbanización y establecer un trazado residencial interior destinado al tráfico.
Sin embargo, el lugar donde se levantó la Barriada del Carmen se empezó a configurar a principios del siglo XX. El ingeniero D. Javier Sanz elaboró el “Proyecto de Defensa de Sevilla contra las inundaciones” en 1900. Con ello, se pretendía proteger a la capital hispalense de las crecidas del Guadalquivir. Triana, zona muy castigada históricamente por las recurrentes inundaciones, no se constituyó como implantación segura hasta construcción de la corta del río y del muro de defensa, que se produjo entre 1929 y 1950.
Cincuenta años más tarde, se levantó la Barriada del Carmen en el terreno limitado por El Bajo de los Gordales y la carretera hacia San Juan de Aznalfarache. Era un espacio totalmente periférico, tanto a Triana como al resto de la ciudad, que se encontraba ocupado por huertas.
El Ayuntamiento de Sevilla desarrolló en 1946 el “Plan de Enlaces por Carretera y Vías Principales”, que muestra la avenida Rubén Darío marcada de forma que delimita la parcela triangular donde se sitúa la Barriada del Carmen.
Esta quedó emplazada en los terrenos residuales que quedaban entre el antiguo camino a San Juan Aznalfarache, el muro de defensa y la recién creada Avenida Blas Infante. Todo ello, producto de la definición de vías principales, en lugar de una ordenación de conjunto.
Así se configuró la Triana actual, como resultado de la combinación de la forma histórica del territorio y la introducida por el muro de defensa. Por tanto, se perfiló el “límite construido” de Triana, no solo con la edificación de la Barriada del Carmen sino con la del resto de viviendas de otras barriadas del arrabal adosadas el muro de defensa. Pero ello, además de una delimitación física, supone otra social.
J.F.M.