El Corpus Christi de Sevilla 2017 se celebró en una muy calurosa mañana de jueves, 15 de junio, con una destacada presencia trianera en todos los actos de una fiesta en la que San Gonzalo ha estado omnipresente.
Con la portada de la Plaza de San Francisco reproduciendo de forma muy fiel la fachada de la parroquia, sede de la cofradía del Barrio León, se creó un clima especial e histórico para la procesión eucarística. Obra de José Manuel Peña, la portada lució majestuosa a las espaldas del Ayuntamiento.
Asimismo, la Hermandad de San Gonzalo ha recuperado este año el altar de la Avenida de la Constitución, instalado en la fachada del edificio del Banco Santander. Un espectacular trabajo del equipo de Priostería dio como resultado el imponente altar, que recibió el tercer premio del concurso.
Si bien, apenas una hora después de que el jurado tomara teóricamente la decisión de quiénes serían los premiados, la corporación trianera se encontró con un galardón que ya estaba enmarcado y personalizado con el tercer premio para la hermandad del arrabal.
Por parte del Ayuntamiento, desde luego no se facilitó la tarea del montaje del altar. El equipo de Priostería de San Gonzalo tuvo que trabajar en plena Avenida de la Constitución durante toda la jornada del miércoles, 14 de junio, bajo un sol que abrasaba y con temperaturas que alcanzaban los 40 grados.
El montaje se llevó a cabo a centímetros de los raíles del Metrocentro, que surcó la Avenida con la periodicidad habitual. Lipasam tampoco quiso hacerse cargo de la basura resultante de los restos del desmontaje. Y es que, desde el primer momento, el asunto no presagiaba bien, ya que al llegar justo al sitio donde habría de instalarse el altar, los hermanos de San Gonzalo se encontraron con un poste y tuvieron que solicitar que lo desplazaran (solo lo hicieron unos pocos metros) a los servicios municipales.
A pesar de los contratiempos, el Corpus de Sevilla siguió siendo un regalo para los cofrades aficionados a San Gonzalo y a las hermandades trianeras. El paso de Santas Justa y Rufina, santas alfareras de Triana, este año contó con un exorno floral de la corporación del Barrio León. Cuatro jarras de cerámica con el escudo de la hermandad, colmadas de nardos, se dispusieron en cada esquina del paso.
Además, el equipo de capataces de San Gonzalo, comandado por Manuel Garduño, mandó el paso durante la procesión. Cabe destacar, finalmente, la numerosa presencia de hermanos de La Estrella y de La Esperanza de Triana en el cortejo, así como la tradicional representación de las demás Hermandades de Penitencia y de Gloria del barrio.
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Javier Fernández Maeso