Desde el primer momento en que se lee una historieta de Andrés Martínez de León (Coria del Río, el 5 de abril de 1895–Madrid, 25 de mayo de 1978) no se tiene duda alguna de la esencia trianera, y por ende sevillana y andaluza; que rebosan sus viñetas.
Aunque nacido en la localidad de Coria del Río, con apenas un año de vida Andrés Martínez de León y su familia se trasladan por motivos laborales a una huerta de los Remedios y, posteriormente, en la calle Pureza. Allí se producirán sus primeros contactos con la pintura, sus primeros borradores y garabatos que culminarán con el ingreso en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla a la edad de 14 años.
Los inicios de su obra pictórica van a ser los de ilustrador compaginados como ceramista en el barrio de Triana, lugar que reflejará como nadie en sus ilustraciones e historietas, tanto que lo sumará a su propia firma. En sus dibujos encontraremos a través de un trazo simplista pero lleno de detalles y de movimiento sus gustos personales como la tauromaquia y la Semana Santa, algo que cae en el tópico sevillano pero que no podemos negar como característica innegable de la esencia de la ciudad. Un día del año 1918 Un día, Juan Carretero Luca de Tena, que por entonces era director del diario “El Noticiero Sevillano” contempla sus dibujos en un escaparate de la calle Sierpes y le propone a Martínez de León trabajar para el periódico. Sería la primera de muchas publicaciones donde colaboraría, siguiendo por “El Noticiero Universal”, “El Sol” y “La Voz” (de Madrid) y en la revista del ABC “Blanco y Negro”.
Martínez de León se encargaría de ilustrar las crónicas taurinas y otras noticias en un tiempo en el que el dibujo a mano era de vital importancia en el mundo de la prensa debido todavía a la tecnología con respecto a la impresión de fotografías en el papel. Pero además sería el encargado de dibujar tiras de carácter cómico. Y el de Coria del Río aprovecha para retratar en esas historietas escenas costumbristas de la vida en la Triana de la época. En sus, podemos llamarlos cómics, aparecen los gitanos de la Cava en sus peleas con los Civiles, aparecen los cafés donde los compadres tertulian sobre esto o sobre aquello, aparecen peleas de gallos, los primeros automóviles que circularon por Sevilla… y todo bajo el humor sardónico en viñetas que podrían haber sido perfectamente chistes que el mismísimo autor hubiese escuchado en una taberna o en la barbería.
Y podríamos aventurarnos a dar por válida esa hipótesis porque en el año 1920, en una historieta publicada en el anteriormente mencionado “El Noticiero Sevillano” aparece un personaje que pronto será recurrente y se convertirá en el protagonista de muchas historietas: Oselito, que es el alter ego de Martínez de León. Es un joven con sombrero cordobés pajarita, chaquetilla corta clara, pantalón negro, y con la mano izquierda generalmente en el bolsillo que será el observador y cronista del folclore trianero y sevillano. En el año 1922 esas viñetas serán publicadas en el diario madrileño “El Sol”, llegando de esta manera Martínez de León y su obra a ser conocido a nivel nacional. Y en 1926 se convertirá en un pionero del cómic español al recopilar y publicar sus viñetas bajo el título de “Historietas Sevillanas” (reeditadas por la Diputación de Sevilla y Viaje a Bizancio Ediciones) con el formato clásico de la prensa de entonces: sin globos de texto y donde la acción y diálogos se contaban en la parte inferior del dibujo. Y casi lo más importante: el reflejo del habla andaluza y la jerga sevillana en los textos, fueran publicados donde fueran publicados. Por su planteamiento, estructura de la narración y tratamiento del dibujo, “Historietas Sevillanas” es considerado el primer cómic-libro moderno español.
El trabajo de Martínez de León no se limitaría a la prensa diaria, sino que sería el ilustrador de todo tipo de obras y de autores como José Más o el poeta coriano Juan Rodríguez Mateo, pinta 4 murales cerámicos para la Plaza de España, obra del arquitecto Aníbal González; y en 1931 recibe el encargo de Blas Infante de trasladar al papel su idea para el escudo de Andalucía. En ese mismo año se publica su segundo libro recopilatorio de historietas “Los Amigos de Toro o la Parte Sana de la Afición, Reglamento Taurino en XXX Capítulos”. La importancia del dibujante y pintor dentro del mundo del periodismo es tal que es elegido corresponsal de “El Sol” para viajar a la Unión Soviética en el invierno del año 1935. Y sus crónicas serán, por supuesto, dibujadas y protagonizadas por Oselito y recopiladas en la obra “Oselito en Rusia”, el cuaderno de viaje de un sevillano que aunque viaje a la otra punta del mundo no abandona su forma de ser, su humor y su humanismo.
Cuando estalla la Guerra Civil, Martínez de León vuelve a Andalucía para viajar por los frentes de la guerra y publicar sus historietas e ilustraciones para las crónicas en periódicos del bando republicano, como en “Frente Sur” en la ciudad de Jaén. El avance de las tropas franquistas les obligó a él y a su familia a trasladarse a tierras extremeñas y a Valencia, donde colaboró con los periódicos de izquierdas “Frente Rojo” y “Vanguardia”, realizando en el mes de octubre de 1938, la historieta “Oselito Extranjero en su Tierra”, donde su personaje se convierte en un miliciano que ayuda en las trincheras republicanas con historietas con un fuerte contenido político y satírico contra el ejército sublevado que le llevará a la cárcel tras el fin de la contienda y a ser condenado a muerte.
Sin embargo, en el año 1945 es indultado y sale de la cárcel donde algunos biógrafos de su vida apuntan no dejó de dibujar para vender sus ilustraciones y de esta manera dar un sustento económico a su familia. Ya libre, Martínez de Léon abandonaría de momento el formato de historietas y se refugia en la pintura con óleos de gran formato con un marcado carácter impresionista de sus temas preferidos: la Semana Santa, los toros, los pueblos andaluces, las labores del campo, etc; También tuvo sus pinitos durante esas fechas en el mundo del diseño publicitario, carteles de películas, hasta que a mediados de los años 50 colaboraría en el Diario “España” de Tánger con ilustraciones taurinas, lo que le sirvió para reeditar su libro sobre el Toreo y añadirle nuevas historietas.
Su creación más famosa, Oselito, volvería en 1956 gracias a la revista de humor “Don José”, dirigida por otro de los grandes viñetistas de este país: Mingote;en forma de historieta semanal y en 1957 gracias al Real Betis Balompié, ya que encargó a Martínez de León las ilustraciones para el libro de las Bodas de Oro del club. Y el dibujante las hizo en modo de historietas con supersonaje como hilo conductor. Hasta su muerte en Madrid en el año 1978, las ilustraciones de Andrés Martínez de León siguen apareciendo en lugares tan importantes como en los carteles de las ferias taurinas de Bilbao, los Sanfermines de Pamplona en el año 1964 y en el cartel de la Maestranza de Sevilla con motivo de la Feria de Abril del año 1969; en portadas de discos de Manolo Caracol y en exposiciones tanto en Sevilla como en Madrid. En el año 1976 Martínez de León, ilustra su última obra en vida, “Venus Andaluza” de G. Buenestado León.
Coría del Río ya le había homenajeado en vida siendo nombrado Hijo Predilecto en el año 1966 y con un azulejo en su casa natal. Y por supuesto, hay otro en Triana como hijo adoptivo que siempre agradeció al barrio mencionándolo siempre en su firma y porque Martínez de León no lo sería por cuestiones formales, pero Oselito, ese observador de lo cotidiano de principios de siglo, si era realmente natural de Triana.
Alejandro Copete