Aún recuerdo cuando lo que se convirtió en un paseo, en el de Ronda de los Tejares, era una vía de tren. Nos quejábamos entonces de que podría llegar a ser un peligro, ¡cuánta alegría cuando se convirtió en un agradable camino en el que poder sentarse, pasear y jugar con los niños!
Qué tiempos aquellos, ¿verdad? Cuando era lo que se pretendía que fuera, un paseo, y no se tenía que compartir la zona con coches que han convertido aquello en un aparcamiento intransitable para los peatones… Pero mi queja hoy no va por lo incómodo de compartir acerado y la mala gestión y adaptación que se ha hecho de la zona, mi queja va en la dejadez absoluta por parte de las autoridades de Ronda de los Tejares.
Un lugar que era precioso y alegre, y en el que ahora hay que convivir con multitud de vagabundos que se dedican a estropearlo todo, a destrozar los bombos de basura, a esparcir la mierda por toda la zona… Y eso sin mencionar el hecho de que la inmensa mayoría de los bancos no tienen respaldo, que las ratas campan a sus anchas y que es más fácil tropezarse con una cucaracha feliz gracias a toda la basura que puede encontrar que a niños jugando a la pelota -gracias a Dios la insensatez del ser humano no llega hasta los límites de mandar a Ronda de los Tejares a los niños a jugar-.
En definitiva, un abandono absoluto y progresivo, que no se soluciona señor delegado con la poda de árboles, con la limpieza una vez cada dos meses o con la colocación de cuatro placas, cuatro pivotes, y una escalera y rampa que lleva a un Parque Vega de Triana aún más abandonado a su suerte…
Ronda de los Tejares, el abandono de lo que un día fue una vía, luego un paseo, después un amago de aparcamiento y ahora un estercolero.
Manuel Romero, sufridor, vecino y camarero de Triana