¿Del XIV o del XVIII? Una Velá tan antigua como la alegría de Triana para mantenerla

Foto: archivo de ABC

Es nuestra, es santo y seña de Triana. Es la Velá de Santiago y Santa Ana, tan emblemática, con unas raíces tan profundas en el arrabal y en Sevilla, que se ha ganado la consideración de Fiesta Mayor de la ciudad. Como el Corpus, como la Semana Santa, como la Feria de Abril… Triana no merece menos.

Y lo merece porque se mantiene fiel a sus tradiciones, a sus inicios, los mismos que datan del siglo XIV, cuando ya existen documentos que avalan su existencia. Pero, ¿dónde están los orígenes de la Velá? Tan lejos hay que mirar, que es difícil encontrarlos, aunque la mayoría de historiadores coinciden en que la celebración de la Velá de Santiago y Santa Ana están íntimamente ligados a la construcción de la Parroquia de Santa Ana, que data del año 1266. Especialmente, y como no podía ser de otra manera, a las vísperas de la celebración de Santa Ana, el 26 de julio.

Cuentan, de hecho, que en las vísperas de la festividad la Parroquia mantenía abiertas sus puertas toda la noche, convirtiéndose en punto de encuentro para los vecinos, que entraban a ver a su Patrona y festejaban por todo lo alto el momento. Una fiesta que se prolongaba por los alrededores de Santa Ana, donde los vecinos se agolpaban para disfrutar de música, bebida y comida en un ambiente de cordialidad.

A medida que pasaron los años, la tradición de celebrar la víspera de Santa Ana se fue consolidando, llevando poco a poco a que cada vez la fiesta fuera más larga, prolongándose durante días. No tardó en conocerse como Velá de Santa Ana, cuya fama traspasó las fronteras del arrabal. Año a año, a finales de julio los sevillanos cruzaban el puente de barcas para llegar a Triana, donde disfrutaban de una festividad eminentemente familiar, pero en la que todos eran bienvenidos.

No obstante, durante sus siete siglos de historia no todo han sido alegrías. Su crecimiento y popularidad también trajo consigo la masificación, la delincuencia por su proximidad con el río y la oscuridad que este proporcionaba. Hasta tal punto que incluso llegó a ser prohibida durante casi sesenta años allá por mediados del siglo XVIII… Pero cual Ave Fénix resurgió de sus cenizas a principios del XIX y lo hizo con más fuerza que nunca. De hecho, algunos documentos hablan de un terremoto que no pudo aguar la fiesta en 1803. Los años pasaron y con ellos llegaron las casetas, los espectáculos y las diversiones, siempre relacionadas con el río. En esos años, finales del XVIII o principios del XIX se consolidó como fiesta, y quizás por eso muchos textos hablan de que los inicios de la Velá datan de entonces.

Siglo XIV o siglo XVIII, sea como fuera, la Velá de Santiago y Santa Ana es tan antigua como la propia alegría de los trianeros para disfrutarla. Historia viva de nuestro barrio, desde ahora toca disfrutarla como Fiesta Mayor de Sevilla. Sigamos haciendo historia y luchemos por mantener las tradiciones y desterrar todo aquello que la empaña.

E. Antolín

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