Una mañana fría daba la bienvenida al segundo día de camino de la Hermandad del Rocío de Triana, en el que la lluvia ha dado una tregua y ha permitido a la gente disfrutar andando junto al Simpecado.
Con las 12 marcando en los relojes en el camino se rezaba el Ángelus y los trianeros le cantaban una salve a la virgen, un pequeño descanso para seguir el peregrinaje hasta el mediodía. Una nueva parada para desencadenar a los bueyes y darle descanso a las bestias, momento que los peregrinos han aprovechado para disfrutar del camino, descansar y convivir en hermandad.
El frío ha seguido siendo el protagonista con la reanudación del camino, pero esto no ha supuesto impedimento alguno para que los trianeros siguieran cantando junto a la carreta del Simpecado.
Cuando apenas eran las seis de la tarde la Hermandad finalizaba su segundo día de pregrinación en Torneros, una llegada temprana en la que se disfrutaría de la tarde en la ‘pará’. De nuevo la misa se ha realizado de manera breve por el temor a las precipitaciones previstas.
Los ánimos no decaen y la lluvia no es un impedimento para disfrutar del camino del Rocío de Triana, así se enfilaba la noche previa al famoso cruce del río Quema.
Sonia Saco
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