«En Sevilla en verano no se puede estar, el calor es insoportable». Una frase tan utilizada y repetida pero, al mismo tiempo, en parte incierta. ¿Por qué no se puede estar? Combatir el calor en nuestra ciudad es posible si sabes cómo, y para ello el río Guadalquivir es una alternativa válida para que no nos derritamos aquellos que estamos condenados a no salir de la ciudad durante los meses estivales.
Y es que a lo largo y ancho del río se desarrollan durante todo el verano varias actividades enfocadas a dar vida a Sevilla. Por ejemplo, qué mejor manera de disfrutar de una calurosa mañana o tarde de julio que con un paseo en barco de la mano de Sun Sails Marina y contemplar la Torre del Oro, pasar bajo el Puente de Triana y, como colofón, acabar con un almuerzo o cena en el Mercado de Triana y una visita al Castillo de San Jorge. Desde 20 euros es posible, por lo que dejemos de lado eso de que los paseos en río son para los ‘guiris’ y disfrutemos de lo que es nuestro.
Pero si las visitas turísticas y gastronómicas no son lo tuyo, el río Guadalquivir también ofrece la posibilidad de practicar diferentes deportes acuáticos. Sin ir más lejos, podrás disfrutar de un día de iniciación al piragüismo y kayak gracias a Kayak Sevilla, celebrando tu bautismo en este deporte por una cantidad que ronda los 30 euros; o acercarte al Muelle de la Sal para alquilar un hidropedal, una barca o, simplemente, disfrutar en su terraza en la ribera sevillana del río.
Por último, no hay que olvidar que en el recinto que en su día acogiera la Expo’92 se puede andar sobre el Guadalquivir al mismo tiempo que se disfruta de la vegetación del Jardín Americano; o simplemente apostar por un día de relajada pesca en cualquiera de las zonas habilitadas para ello en el trianero Paseo de la O; incluso de un agradable paseo en bicicleta o patines por la orilla sevillana, aprovechando el carril bici que recorre prácticamente toda Sevilla.
En definitiva, una manera económica y divertida de sobrellevar los calurosos días de verano sin salir de la ciudad hispalense. Aquí no tenemos playa, pero tenemos un río lleno de posibilidades.
A.V.
