De casta le viene al galgo. La historia del cartelista de la Velá de Santa Ana es la del hermano mediano de una familia de artistas. Jesús Gavira Alba, mairenero, es Hijo Adoptivo de nuestro arrabal desde 2016 y este año pinta el cartel de los ‘días señalaítos’. Y tanto amor le ha dado al arrabal que esculpió dos mujeres para que lo guardaran desde los dos extremos de la calle San Jacinto.
Jesús Gavira no es un artista más. No solo ejerce de pintor como en el caso del cartel de esta Velá de Santa Ana, sino que es escultor con una larga carrera artística. A él le debemos una de las esculturas más importantes del arrabal: el Monumento al Arte Flamenco. Esta mujer que mira a la otra orilla desde el Altozano llegó a su pedestal en 1994. Fue un encargo, precisamente, de Alberto Jiménez-Becerril, entonces delegado popular de Triana antes de que la banda terrorista apagara su vida y la de su mujer en una noche fría de la calle Don Remondo.
Con este monumento, el autor congregaba en la figura de una mujer valiente con mirada intensa las tres ramas del arte flamenco: cante, toque y baile. Y así se ligaba aún más el arrabal a la tradición flamenca que el artista tanto adora. Tanto, que diseñó en bronce los Giraldillos de la Bienal de Flamenco de Sevilla, galardón de esta cita mundial con el flamenco en nuestra ciudad.
Pero si la mujer del pueblo, la trianera flamenca, custodia la orilla del río, en el otro extremo de la calle San Jacinto es la mujer divina la que protege el arrabal. Suya es también la María Auxiliadora que se encuentra en la Plaza de San Martín de Porres. ‘Sentaíta’, como se reencuentra cada primavera con su barrio, María Auxiliadora tiene en Triana un porte regio gracias a la talla de Gavira que se instaló en este lugar en 1985.
Y la historia no acaba aquí. La Asociación Cultural de la Copla Marifé de Triana tiene pendiente una escultura de la cantante -tras lograr que una zona verde del arrabal lleve su nombre- para la que Gavira hizo un maravilloso boceto. Esta preciosa escultura llevaría, en su parte trasera, un grabado del puente de Triana y la Capillita del Carmen en un conjunto en el que los volantes del traje de Marifé parecen convertirse al llegar al río en las olas suaves que traen las mareas desde Sanlúcar.
Además, en el resto de la ciudad podemos encontrar otros ejemplos del trabajo de este escultor. Suya es la efigie de la Niña de los Peines que hoy podemos ver en la Alameda de Hércules o la del guitarrista Niño Ricardo que hoy recibe el frescor de la arboleda en la Plaza del Cristo de Burgos, guitarra en mano.
R.T.