Así es, el paso de peatones que regula el cruce desde El Tardón a San Martín de Porres no es más que un espejismo. Apenas se vislumbra una de la líneas de esta señalización horizontal, desencadenado la confusión de los conductores.
Por todos es sabida la función de un paso de peatones: regulación del cruce de personas por vías en las que circulan vehículos rodados. Eso siempre y cuando las señales estén debidamente indicadas, claro está. Y es que ahí es donde radica el problema en este cruce de Triana, donde el semáforo está ubicado donde finaliza el paso de cebra y ante la nula visibilidad muchos conductores hacen su parada encima de las que algún día fueron las líneas de señalización.
Con esto la peligrosidad de la zona se eleva ya que los peatones confiados inician su camino cuando el semáforo está en verde, pero lo hacen por una zona sin señalizar por lo que los vehículos piensan que aún tienen margen para parar antes de llegar a su semáforo.
Un foco de posibles atropellos que se solucionaría con la simple tarea de pintar la señalización tal y como debiera, así nos ahorraríamos algún que otro susto, incluidos los de quien escribe.
G.M.
