A menos de un mes para que los romeros se pongan en camino, la Hermandad del Rocío de Triana realizó ayer su anual traslado a la Parroquia de Santa Ana. Centenares de personas no quisieron perderse este momento tan especial para los rocieros, signo de que Triana pronto hará su peregrinación a la Ermita del Rocío en la conmemoración de su Bicentenario.
Tras la celebración de la Santa Misa, a las 20.30 horas, portado por el nuevo hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Triana, Ángel Rivas, el Simpecado salió de su capilla en Evangelista. Del mismo modo, durante el recorrido diferentes miembros de la Junta de Gobierno se turnaron el honor de llevar en sus manos a la madre de Dios.
El barrio la recibió con mantones decorando los balcones, romero a su paso, una gran petalada en Pelay Correa y cantes trianeros animados por el coro de Triana, que estuvo durante todo el camino acompañando al Simpecado. A las 21.45 horas, la hermandad hizo su entrada en la Parroquia de Santa Ana y una iglesia repleta de fieles aguardaba entonando ‘Te saludamos Blanca Paloma’. Una vez que el Simpecado llegó al altar, el Párroco, Don Eugenio Hernández Martínez, se dirigió a todas las personas que allí se encontraban, dando la Bienvenida, un año más, a la Hermandad del Rocío de Triana.
Luego tomó la palabra Ángel Rivas, y dirigiéndose a los hermanos confesó que éste era un claro ejemplo de cómo «los sueños se hacen realidad». Bonitas palabras que dedicó a «la parroquia de los trianeros» y a todas las hermandades que realizan allí sus cultos. Y así, despidiendo el día con la ‘Salve de Triana’ se dio por concluido el traslado del Simpecado, que ahora se expone en el altar para darle culto durante los próximos nueve días.
S.S.
