Moisés Ruz: «Lo importante es contar lo que realmente sientes, sin dar la espalda a la realidad»

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Moisés Ruz, pregonero de la Semana Santa de Triana 2014.

En ‘Triana al día’ hemos hablado con Moisés Ruz, el periodista que será el próximo pregonero de la Semana Santa de Triana. Moisés siente ahora mismo una gran responsabilidad y espera hacer llegar a los trianeros el sentimiento y la emoción que le produce su barrio. A continuación, su entrevista en exclusiva al completo:

– ¿Qué implica ser el pregonero de Triana?

– Una enorme responsabilidad. Es el culmen para un cofrade enamorado de su barrio y de las devociones de todos sus vecinos.

– Además de la limitación geográfica, ¿qué tiene de singular el pregón de Triana respecto al de Sevilla?

– Triana por si solita ya es especial. No necesita ningún añadido ni que nadie venga ahora a descubrirla. Triana de por sí ya es una pasión de esquina a esquina. Lógicamente, el pregón de la Semana Santa de Sevilla es el nexo de todos los pregones existentes, por ende el más importante, aunque este barrio ya demostró durante siglos que de poco más necesita para vivir su propia semana ‘grande’. La responsabilidad, aún más para un trianero, es extremadamente grande.

– Tras un pregón como el del año pasado en el que diez pesos pesados compartieron atril para hacer un pregón de Triana para el recuerdo, ¿cómo afronta el pregonero el desafío de este año?

– En un hilo entre la ilusión y la responsabilidad. Hay que encontrar el equilibrio porque ya no es cuestión sólo de ‘carteles’, que también, sino al fin de cuentas es la única oportunidad en tu vida de la que podrás disfrutar para expresarle a tu barrio, a tus vecinos, a tus hermanos, que sientes día tras día cuando uno levanta la persiana de su dormitorio y amanece abrazado a Triana.

– Muchos hablan de pregones demasiado exaltados cuando hablamos de Semana Santa, pregones que se dedican a una enumeración de advocaciones y a una ristra de «piropos». ¿Cómo será su pregón?

– El que me conoce y entiendo que el/los que me eligen saben lo que puedo ofrecer en el atril. Mi pregón es ‘mi pregón’. – Entiendo que la gente que se toma la molestia de perder una hora y pico de sus vidas para sentarse en un duro banco de madera al menos querrán regresar a su cotidianidad con una sonrisa. Un pregón es la llamada al pueblo de algo importante que va a suceder. El sentimiento debe ir innato. Luego, que si prosa o verso… Al final es lo que menos importa. Lo importante es que cuentes lo que realmente sientes, sin darle la espalda a la realidad.

– ¿Qué relación le une con la Semana Santa trianera?

– Todo. Me une de principio a fin. Es mi ‘penitencia’ cada año. Nazarenos desde la cuna de San Gonzalo cada Lunes Santo y afortunado celador de la historia viva de Triana, La O. ¿Qué más puedo pedir? Luego, no pasa un Domingo de Ramos sin que pise el puente junto a los antifaces azules de la Estrella. O una Madrugá sin llegar con la Esperanza a la esquina de Rioja. Y el Cachorro… Él es Dios en la tierra.

– Si será un pregón personal… ¿Qué partes de su personalidad cree que quedarán plasmadas en este pregón?

– Espero y deseo que la humildad con la que intento cada día mostrarme ante los míos. Como diría aquel, no somos nadie. El trabajo bien hecho como recompensa y la sinceridad por bandera. Y ante todo, claridad. La gente que me acompañé en aquella noche cuaresmal va a entender el mensaje sin tapujos de por medio.

– ¿Qué pueden esperar aquellos que se acerquen a su declamación en cuaresma?

– Ojalá que el espíritu de fortaleza desde la juventud. Allí hay que ir para disfrutar. Estamos cansados de tantas penurias y problemas, aunque reitero que nunca hay que darle la espalda al día a día. Pero sino consigo que de allí nos marchemos con una sonrisa y con alguna que otra lágrima de emoción mal asunto.

– ¿Dónde está el corazón de su pregón? ¿Barrio León, Pureza, San Jacinto o Castilla? 

– Desde el Barrio León a Castilla, pasando por la calle Virgen de Fátima en silencio, rozando las majestuosas bambalinas de Los Remedios para luego alcanzar la Esperanza de un Cristo que siempre cae y se levanta tras orar en San Jacinto ante la Dolorosa más excelsa de los cielos. El rostro de Dios es obra de Ruiz Gijón. Y entre Castilla y el Barrio León perviven mis rezos de cada noche. ¿El motor de mi pregón? Ya lo dijo el profeta de nuestra tierra: «se llama Triana el corazón de Sevilla».

Laura Liñán

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