24 de julio de 2013. Un accidente de tren en la curva ‘A Grandeira’, perteneciente a la parroquia de Angrois, a unos tres kilómetros de la estación de Santiago de Compostela, sepulta las vidas de 79 personas.
Mucho se ha hablado de aquel fatal accidente desde entonces; sus causas, un exceso de velocidad manifiesto, las vidas de los ocupantes de ese tren, el hecho de que se convirtió el tercer accidente ferroviario más grave en la historia de España… pero hay mucho detrás de esta tragedia. La principal, que aquel 24 de julio cambió también el destino de todos aquellos que conocían a algún ocupante del fatídico Alvia.
A mil kilómetros de distancia, por ejemplo, muchas personas también se vieron afectadas por esta tragedia pues conocían a alguien que viajaba en ese tren. Esta mañana, 24 de octubre, justo tres meses desde que una llamada telefónica les diera una de las peores noticias de sus vidas, todos aquellos afectados en mayor o menos medida por la desgracia de Santiago se han reunido a orillas del Guadalquivir junto al Puente de Triana para rendir un sentido homenaje a los que perdieron.
El acto, sencillo y emotivo, ha reunido a poco más de veinte personas pertenecientes al Lar Gallego de Sevilla junto a la escultura de la Tolerancia de Chillida, a orillas del río. Su portavoz y presidente, Alfredo Otero, ha realizado un pequeño discurso en recuerdo por las víctimas. Un minuto de silencio ha seguido a su elocución para terminar el acto arrojando flores al río en recuerdo por cada uno de los 79 fallecidos tres meses atrás, esto último bajo el influjo de la sentida música de una gaita gallega. Emocionante y sencillo.
Sucedió hace tres meses y a un millar de kilómetros, pero también tocó de cerca a Sevilla. 79 flores flotan ahora a orillas del Guadalquivir, justo bajo nuestro Puente de Triana, en memoria de todos aquellos que perdieron la vida en aquel tren. Descansen en paz.
J.M.C.
