Así, como reza, el titular, uno de los vecinos más ilustres de la calle Rodrigo de Triana no volverá a levantar su persiana ya que la Bodega Vargas no recuperará la actividad en esta ubicación.
Los ríos de cerveza no volverán correr ni los exquisitos caracoles volverán a asomar sus cuernos al sol de Rodrigo de Triana, aunque lo seguirán haciendo en arrabal.
– A todos los trabajadores que volcaron su tiempo y esfuerzo en esta casa. Siempre fueron considerados como de la familia.
– A todos nuestros clientes, que año tras año convirtieron a la Bodega Vargas en lo que ha sido.
– A nuestros vecinos, que en ocasiones han soportado molestos ruidos, siempre dentro de la normalidad.
– A nuestros parroquianos, esos que todos los dias pasaban a visitarnos y que tan gratos momentos nos han hecho pasar.
– A nuestros amigos, en los que siempre tuvimos un apoyo y lo seguiremos teniendo.
– A todos los capataces y costaleros que pasaron por aqui, desde la familia Bejarano, hermanos de la Esperanza de Triana y de la Estrella, de la Divina Pastora y Madre de Dios del Rosario, del Rocio de Triana…
– A todos vosotros que dia tras dia habeis llenado de alegria estas cuatro paredes.