La Pasión según Triana: Acólito de la Esperanza

esperanza de trianaComo es habitual en la Semana Santa es por herencia familiar. Mi padre es hermano de nacimiento, al igual que mi abuelo y toda mi familia paterna. Al mes y medio de vida, recién bautizado ya era hermano de la hermandad de la Esperanza de Triana. Pero me siento identificado con mi hermandad de principio a fin, por lo que la suerte de ser hermano desde la cuna es inigualable.

La cuaresma es el tiempo donde de verdad de disfruta de la Semana Santa, porque durante estos días es donde vives la esencia de lo que es nuestra semana mayor, donde te puedes recrear en cada detalle, en cada momento y situación, en cada acto y en cada ritual que rodea a las hermandades: cultos, conciertos, montaje de pasos, reparto de papeleta, tertulias amigas, etc. Luego las prisas, la bulla, la situación en general cambia, y quizás no te puedes empapar todo lo que quisieras, o todo lo que esperabas.

En mi casa se viven en un ambiente muy familiar, donde se mezclan las ganas con la ilusión y los nervios. Y se vive desde la mañana del jueves visitando la capilla, comiendo juntos, y disfrutando de la tarde del jueves santo, pero «tranquilito para no cansarse», como dice algún amigo. En casa tanto mi padre como mi hermana visten el hábito nazareno y salimos juntos de casa hasta llegar a la capilla donde nos separamos para ocupar cada uno su puesto correspondiente. Pe

Al principio desconocía un poco cuales eran las funciones de un acólito, y fue porque un amigo estaba dentro del grupo. Luego me di cuenta de lo privilegiado del sitio. Salir de cirial o incensario requiere de una mínima implicación en la hermandad lo que me sirvió para incluirme casi sin quererlo en la vida diaria de esta. Con el tiempo te das cuenta de que el sitio es inigualable, que vamos sirviendo a nuestros titulares, lo más cerca posible, y sobre todo vamos rodeados de amigos con un ambiente de respeto y amor hacia nuestra hermandad.

Dando por sentado que cualquier momento de mi hermandad en la calle es espectacular, lo más especial sobre todo del Cristo donde yo he ocupado este puesto durante ocho años, me quedo como le digo a mucha gente, con la calle Reyes Católicos. Me gusta mucho y procuro abstraerme por unos instantes del sitio y el momento en el que estoy y me sirve para observar a los miles de fieles y devotos que tiene nuestra hermandad, es impresionante. Y eso me hace sentir privilegiado, el ver a esas personas que llevan ahí tanto tiempo esperando, o que han recorrido kilómetros para venir a verlo, o ver a la gente que se emociona cuando el paso se para delante suya, es algo que para mí se queda.

Jose Manuel Román

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