La trianera Virgen del Carmen comenzó ayer su recorrido por las aguas del río Guadalquivir pasadas las 8 de la tarde tras embarcar en una lancha en el Paseo de la O. Hasta allí se trasladó desde la Parroquia de La O para realizar su séptima procesión marinera.
La imagen estuvo acompañada en la embarcación por una pareja de marineros y escoltada por la Banda de Música de Las Cigarreras, encargada de poner la nota musical al evento. La virgen que habitualmente radica en la Capilla del Carmen del Puente de Triana se detuvo en lugares como las instalaciones deportivas del Círculo Labradores o el embarcadero de Puerto de Cuba. Más tarde, la comitiva regresó al Paseo de La O navegando bajo el Puente de Triana a los sones de “Pasan Los Campanilleros” mientras la virgen recibía una petalada.
Después del desembarco en el Paseo de Nuestra Señora de La O se inició la procesión terrestre a las 22.00 horas aproximadamente. La Virgen del Carmen, ya en su paso, enfiló la calle Castilla buscando su capilla tras atravesar Callao y San Jorge. Luego recorrió San Jacinto, donde fue especial el saludo a la Hermandad de La Estrella. El itinerario continuó por Pagés del Corro y la estrecha calle Antillano Campos para desembocar de nuevo en Callao, donde se giró hacia Castilla de nuevo para finalizar la procesión en la Parroquia de La O.
Los trianeros disfrutaron de la experiencia, que cada año gana popularidad. A pesar del bochorno y el calor pegajoso, las calles de Triana se llenaron de gente, especialmente los márgenes del río y las barandas del Puente de Isabel II, para contemplar la curiosa estampa que ofrece la Virgen del Carmen surcando el Guadalquivir durante los últimos años.
Javier Fernández Maeso
