El primer premio lo rozaron con la punta de los dedos, casi llegaron a saborearlo, pero finalmente esta chirigota cocinada en El Tardón tuvo que conformarse con el segundo. Aún así, el orgullo es máximo: nunca una chirigota sevillana había llegado tan alto en el concurso del Carnaval gaditano.
En una final larguísima en la que se ha hecho de día los ‘Daddy Cadi’ han conocido esta mañana el fallo del jurado que, la verdad, daba coraje. No porque Manolo Santander y su chirigota no merecieran el premio, sino porque lo que separaba a los sevillanos de la vencedora era menos de un punto. Literalmente 0,99.
Parece que fue ayer cuando en preliminares nos enseñaban ese estribillo en el que tras analizar los males de nuestro país recriminaban que se le echara la culpa al reguetón. Desde aquel día, Cádiz los arropó en el teatro y en la calle y, a través de las redes sociales y la televisión, toda España se enamoró del arte de esta chirigota que lleva meses guardando su gran secreto en el local de la plaza de Cerámicas Mensaque.
El Tardón les sirvió de laboratorio, y hay que decir que tardaron años en dar forma a esta chirigota de 2019, ya que el tema lleva cocinándose a fuego lento en sus cabezas hasta que ha llegado el momento de llevarlo a las tablas. Y ha merecido la pena la espera. Los sevillanos han ido pasando fase por fase, haciendo de sus debilidades, fortalezas. De su extranjería, humildad. De su amor por Cádiz y su carnaval, su bandera.
El pase de la final fue un sueño cumplido para la agrupación. Visiblemente emocionados, más nerviosos que nunca, los reguetoneros que han hecho que a todos nos guste el reguetón fueron recibidos en el Gran Teatro Falla entre ovaciones. Una parte de Cádiz quería a Sevilla campeona, y qué hay más bonito que eso. De eso fue precisamente el primer pasodoble, que habló de limar asperezas entre nuestra ciudad y la Tacita de Plata, de dejar de alimentar el odio y darnos la mano como lo que somos: ciudades hermanas. El segundo pasodoble es probablemente una joya que quedará para siempre. Un recuerdo emocionado a Nacho, el integrante de esta chirigota sevillana que perdió la vida en un accidente de tráfico hace unos años. Y al que dedicaron este pase de la final. Al terminar el pasodoble, ellos lloraban en el escenario. Y nosotros, con ellos en nuestros salones.
Los cuplés, con ese coreadísimo estribillo, fueron para la ausencia de depilación femenina y el primero para esos resfriados que nos duran semanas y que no conseguimos que se nos quiten. Y en el esperadísimo popurrí, en el que convierten letras y autores del Carnaval gaditanos en reguetoneros, les tocó a Tino Tovar y a Jesús Bienvenido (Jesús Welcome, el Christian Grey de La Caleta).
Ahora, les toca la calle. Será donde se reencuentren con la ciudad y con todos los visitantes a los que harán reír con su genio. Os esperamos en El Tardón, para celebrar el día en el que hicísteis Historia en el Carnaval de los poetas.
M.P.M.