Lleno absoluto, no cabía un alfiler. Un año más, lo han vuelto a hacer. La cámara de los balones tomó Triana con su gracia y simpatía, deleitando con un programa en directo a un Altozano que se rindió a sus pies.
Fue lo más destacado de un lunes de Velá De Santiago y Santa Ana que transcurrió sin problemas, con un ambiente festivo que empezó por la tarde con la Cucaña. La zapata del río lucía espectacular a pesar del calor sofocante. Las banderas fueron cayendo entre aplausos de un público que se poco a poco iba llenando las casetas.
Entre ellas, la de la Divina Pastora, preciosa, adornada como ninguna otra, y que se llevó el premio a la caseta mejor decorada. Merecido.
A las 22 caía el sol y llegaba el momento más esperado, la Cámara de los Balones enamorada un año más al arrabal. A reventar se presentaba un Altozano que no paró de reír y aplaudir.
Y tras esto, la noche. Ríos de vino y cerveza en una calle Betis que fue testigo hasta la madrugada de una fiesta que cerró su primer día sin altercados destacables.
R.T.