Siempre es uno de los momentos más esperados cuando toca en la ciudad. Manuel Carrasco llegó anoche a un Benito Villamarín abarrotado y volvió a regalarle poemas a golpe de guitarra a Sevilla. Pero esta vez su amor por Triana fue mucho más allá e hizo un recorrido por los rincones del arrabal, de la Velá en Betis a El Tardón.
El público que abarrotaba el estadio estaba extasiado con este nuevo regalo de Manuel Carrasco a la ciudad en forma de cante. El onubense, que nunca ha escondido la pasión que le despierta la ciudad, le cantó al Cachorro por el puente que es capaz de emocionar hasta al que no cree. También hubo un recuerdo a dos maestros: Lole y Manuel, y soñó con vagar con ellos por las callejuelas de El Tardón.
Además, le cantó a las noches eternas de verano de la Velá de Santa Ana en la calle Betis y al romance del puente con el río, ese beso que el quiere repetir contigo. «Mi puerta grande sería poder besarte en Triana», cantaba.
En cuanto al resto de la ciudad, hubo versos para el olor de la primavera en la Alameda y la salida del Gran Poder, para un rezo a los pies de la Piedad del Baratillo. Al señorío de la Maestranza y al Arco del Postigo. Una noche para el recuerdo en la que nos ha dejado un nuevo romance con una ciudad que siempre se deja querer por su música.
R.T. / Foto: Raquel López (@raquelrn)
