El miércoles 16 de diciembre Unidad Popular celebró un mitín en las instalaciones deportivas de Mar de Plata, en el barrio de Triana. A tan sólo tres días de las elecciones, el grupo de izquierda sigue presentando su propuesta “Un nuevo país” ante todos los españoles.
Tras el éxito del mitín que se celebró hace tan solo unos días en el teatro la Latina, Alberto Garzón, junto con los representantes andaluces y sevillanos del partido, decidieron llamar a sus “camaradas” para volver a recordar sus principios y las bases que siempre les han movido, los derechos de los ciudadanos. Alrededor de 300 personas se congregaron para escuchar la voz de Alberto Garzón, máximo representante del partido, y de Miguel Ángel Bustamante, el candidato al Congreso por Sevilla, en un exaltado discurso sobre la lucha que “la clase obrera lleva defendiendo desde hace más de un siglo”. Así recordaron que no podemos perder los derechos por los que nuestros bisabuelos y abuelos lucharon tanto y que hay que continuar la batalla para conseguir aún más. Los puntos principales del discurso fueron los derechos de los trabajadores del campo, tan maltratados en nuestra tierra; la lucha contra la violencia de género, contra la corrupción, contra los desahucios y contra los recortes, sobretodo los que se refieren a educación y sanidad. 
Así Alberto Garzón, que fue quien cerró el acto en un poético discurso, animó a los suyos a seguir apostando por ellos, porque sólo así podrán cambiar el país. Garzón también recordó que el monopolio que las grandes compañías tienen de los medios de comunicación ha sido el responsable de que IU sea excluida y olvidada en los debates que se han producido estos días entre los diferentes representantes del resto de partidos. Esta, asegura, es otra de las razones para votar, reventar las urnas con papeletas de IU y demostrarles que otro partido es posible. Así decía que quizás no salieran elegidos pero si podían tener fuerza suficiente para estar representados con más diputados.
A las 20 de la tarde, una hora después de que diera comienzo el acto, entre gritos y aplausos se daba por finalizado este acto. Triana fue por un día el centro neurálgico de la política.
Saray Albenca
