Hoy intentaré que conozcáis un poco más la “máquina” que más se utiliza a lo largo de nuestra vida, y no es otra que nuestro cuerpo. Dentro de las múltiples funciones que este desarrolla, hablaremos de dos que se dan con frecuencia cuando se intenta perder peso de una forma no del todo sana y un tanto desordenada.
Al principio de nuestra sección, ya hablamos de la importancia que tiene la realización de 5 comidas al día. En aquel artículo, apunté que era importante, ya que la realización de las 5 comidas diarias tenía un papel importante en e almacenamiento de grasa diario y que esto también estaba relacionado con el ayuno. Pero, ¿por qué sucede esto y a que se debe? Esto se debe a que nuestro cuerpo está preparado para llevar un orden en sus comidas y en cuanto nos saltamos una este activa un sistema de alarma que mayor parte de la energía consumida se transforme en grasa.
Dicho así puede resultar un poco lioso, por eso voy a poner un ejemplo: Pongámonos en el caso de una persona que esté acostumbrada a hacer desayuno (9.00 a.m), media mañana (12.00 p.m), almuerzo (15.00 p.m), merienda (18.00 p.m) y cena (21.00 p.m). Pues bien, si esta persona un día decide saltarse la media mañana, el cuerpo dispara una señal de alarma mediante la cual en el almuerzo almacene energía (en forma de grasa) suficiente para abastecer las funciones de las próximas 6 h. ya que ha estado anteriormente 6 h. sin consumir ningún tipo de alimento y en previsión que pueda volver a pasar, desarrolla este sistema de defensa. Por tanto, una parte de esa grasa se quedará almacenada, ya que a las 3 h. volverá a realizar una comida, la merienda. Por este hecho es muy importante no saltarse ninguna comida.
Otro función que desarrolla nuestro organismo cuando decidimos perder peso, es la del descenso del metabolismo. Es decir, nuestro cuerpo necesita de una cantidad de energía determinada para desarrollar las labores diarias, siendo estas cantidades de energía distintas en cada persona. Pues bien, cuando nuestro cuerpo empieza a recibir menos energía de la que utiliza a lo largo de un día, este dispara otra señal de alarma, la cual activa un mecanismo que hace que este consumo diario disminuya.
Hablaremos con otro ejemplo: Si una persona gasta 1.800 Kcal./día, en cuanto esta empiece a consumir una cantidad de alimentos inferior a los que nos pueden producir esta cantidad de energía, el cuerpo actuará en consecuencia y descenderá el requerimiento energético en esta. Por ejemplo esa persona pasará a necesitar 1,500 Kcal/día. Por lo que la pérdida de peso se hará más leve. Por esto es recomendable hacer ejercicio a la vez que se realiza una dieta de pérdida de peso, ya que el ejercicio aumenta el requerimiento energético de cada individuo.
Pablo Vélez es nutricionista y dietista y puedes encontrarlo en @NDencasa