«Un trianero se encuentra en la orilla del río Guadalquivir, junto al Puente de Triana, echándole de comer a los patos y a los peces, cuando de pronto aparece un turista francés, con el que mantendrá una discusión sobre el Puente de Triana…». Este es el comienzo del documental de Manuel Ruiz-Garrido Zabala sobre el Puente de Triana. Manolo es Ingeniero Técnico Industrial, pero en su jubilación ha estudiado la Licenciatura de Comunicación Audiovisual, y en Triana al día tenemos el honor de presentar su documental sobre nuestro puente.
Manolo acaba de terminar la licenciatura de Comunicación Audiovisual, que ha realizado desde que está prejubilado, y asegura: «Ahora me dedico a lo que me gusta y que durante mi vida profesional en Telefónica no pude realizar, y que es lo audiovisual». Cuenta que realizó el cortometraje ‘Polonceau’ porque desde en el año 1973 estudió la asignatura de Ingeniería de Resistencia de Materiales, allí, al estudiar la Fundición:
«Pusieron de ejemplo al puente de Triana, que estaba destinado a ser derribado al igual que se hizo con su puente gemelo, el Puente del Carrousel de París. Eso me impresionó tanto, que seguí con mucha atención todo el proceso que vivió dicho puente, desde que al año siguiente de 1974 fue cerrado al tráfico rodado debido a que estuvo a punto de entrar en resonancia al paso de los costaleros de la Esperanza de Triana».
Manolo añade que el Ministerio de Obras Publicas remitió al Ayuntamiento un proyecto de demolición del puente de Triana y la construcción de uno nuevo, el Colegio de Arquitectos y La Comisión de Monumentos iniciaron una campaña para salvar al Puente de Triana y gracias a esta campaña el alcalde Juan Rodríguez y García del Busto optaron por convocar un concurso para restaurar el Puente de Triana. El ganador fue el ingeniero onubense, Juan Batanero, que era catedrático de Estructura Metálica de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, siendo llevada a cabo las obras por el ingeniero Manuel Ríos Pérez.
El proyecto consistió en reforzar los pilares y la instalación de un tablero autosoportable a través de dos vigas de acero que repartían los esfuerzos sobre los pilares, con lo que la estructura de los aros y arcos del puente se quedaron como elementos decorativos.
Manolo quería contar la odisea por la que ha pasado el puente de Triana, y aprovechó que en noviembre del 2012 se celebró el Festival de Cortos Cinestrés 2012, que consistía en grabar un corto sobre Triana en 24 horas y montarlo en 12 horas, y así nació ‘Polonceau’, con el que obtuvo una Mención especial en dicho Festival.
La línea que estoy siguiendo en mis cortometrajes es la de dar a conocer el patrimonio cultural sevillano. Así, el siguiente corto que he realizado, y que se ha estrenado el pasado mes de junio, se llama ‘El misterio del callejón’, cuya acción se basa en una vieja leyenda popular sobre el Callejón de la Inquisición.
Cortometraje que esperamos poder presentar muy pronto en nuestra web.
Laura Liñán