Marcan las 03:30 horas en el reloj y la calle Betis sigue llena de personas. La Velá de Santa Ana echa el telón, porque así lo marcan las normas, y todo el mundo tiene que desalojar la zona. Pero… ¿por dónde? Siguiendo al redil.
Así es como cada noche la Policía Local desaloja la calle Betis para que los operarios de Lipasam puedan hacer su trabajo. Con un cordón policial infranqueable que empieza en el Altozano y acaba en Plaza de Cuba, funcionando a modo de barrera humana que impide que nadie pase. Da igual si vas a Castilla, si vives en la misma esquina del Altozano o si quieres pasar a los baños públicos ubicados a la entrada de Betis. Nadie puede romper el cordón. Solo se puede caminar dirección Plaza de Cuba y buscar la salida más cercana.
No me malinterpreten, la fiesta acaba a las 03:30 y la Policía tiene que desalojar la calle. Es obvio y necesario. Pero obligar a cientos de personas a salir en cuestión de minutos por calles estrechas como Arfian o Torrijos es de todo menos seguro.
¿Por qué se bloquea la salida por el Altozano? Los operarios de Lipasam tienen que trabajar, usan agua a presión y puede ser peligroso. De acuerdo. Pero entonces… ¿No sería mejor desalojar la calle y una vez libre proceder a su limpieza? ¿No podría plantearse un dispositivo que permitiera a cada uno tomar el camino que le convenga?
Desde luego, convertir la calle Betis en un embudo, en una calle de sentido único, en un callejón sin salida, no resulta seguro.
Juanfe, vecino de Triana
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