Que el carril bici pase por San Jacinto ha creado polémica desde el primer día que se instaló. A pesar de los múltiples intentos de la Junta Municipal de Distrito de buscar medidas de señalización que contenten a ciclistas y peatones, no se ha llegado a un consenso, no «hay paz» entre estos dos colectivos. De esto nos escribe un vecino, peatón y ciclista, que pide «respeto por parte de los peatones hacia el carril bici», al igual que él respeta a viandantes cuando va pedaleando:
Yo voy a expresar mi humilde opinión. Soy peatón y soy ciclista, depende de si tengo que desplazarme hasta un punto más o menos alejado de mi casa, y también depende de si hay carril bici hasta el punto al que quiero desplazarme o hasta un punto cercano.
Cuando soy ciclista, y no tengo más remedio que utilizar la acera por no existir carril bici, siempre cedo el paso a los peatones, incluso parándome si no cabemos los dos. O cuando tengo que invadir la carretera siempre procuro mantenerme a la derecha para molestar lo mínimo al tráfico rodado.
Por ello exijo ese mismo respeto por parte de los peatones hacia el carril bici. Es muy fácil, siempre que esté bien señalizado, apartarse de ese carril y dejarlo exclusivamente para las bicis. O si tiene que invadirse porque haya mucha gente, qué menos que mirar si viene alguna bici, y en caso de que lo haga darles la prioridad que merecen en ese carril.
Otra cosa son los tramos de carril bici en los que la prioridad la tiene el peatón (véase la avenida de la Constitución o la calle San Fernando). Ahí está claro quién tiene prioridad (siempre que esté bien señalizado por una señal). Pero esto no quita que por conciencia ciudadana se reserve el carril bici para el tráfico de bicicletas, ya que salvo ocasiones de gran concentración de peatones es factible andar por zonas que no sean carril bici.
Creo que teniendo claras las normas de convivencia el espacio público puede ser favorable y «disfrutable» por peatones y ciclistas. Y recuerden que el hecho de que el carril bici pase por la calle San Jacinto no es algo que hayamos decidido los ciclistas, y que por tanto su malestar no debemos pagarlo nosotros.
Carlos Jordán González
