Sevilla para enamorados

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No son todos ni mucho menos. Sevilla tiene incontables lugares para tener un momento íntimo de romance. Sevilla es una ciudad para enamorarse, y por eso te damos ideas enseñándote una selección de lugares en los que conquistar. Esta es la Sevilla para enamorados.

Café de la Prensa

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Este agradable café de la calle Betis es un lugar ideal. No solo porque se puede sentir el frescor y el sonido del río desde esta margen del Guadalquivir, sino porque se puede disfrutar de una copa o de un café con hielo en una terraza desde la que se divisa Sevilla en todo su esplendor: las imponentes fachadas de las dos Maestranzas, las espadañas de las iglesias y los conventos, las cubiertas de la Catedral y, por supuesto, la Giralda dominando los cielos de la ciudad. Al otro lado, y sobre todo por la noche, el Puente de Triana iluminado da una hermosa estampa.

Plaza de San Andrés

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Es una de esas plazas que pasan desapercibidas, al final de la calle Orfila, en pleno centro y a un minuto escaso de La Campana; esta plaza encierra el secreto de los silencios de Sevilla. Tranquila y pequeñita, San Andrés permite tomar un refresco en una terraza solo escuchando el canto de los pájaros y, de vez en cuando, las campanas de la cercana iglesia de donde sale cada Lunes Santo la Hermandad de Santa Marta.

Jardines de la Buhaira

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Camino a la Milla de Oro de Nervión nos encontramos con los Jardines de la Buhaira. Pero no se queden en el lado del palacio, donde seguramente habrá más niños jugando en el pequeño parque infantil. Crucen la avenida y adéntrense en el lado en el que se encuentran los restos de la muralla levantada por Almutamid, y allí encontrarán la tranquilidad, el amparo de los frondosos árboles y el frescor de las enormes acequias. Un lugar para que el tiempo se detenga.

Plaza de Doña Elvira

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Bien saben los tunos que este lugar tiene un encanto especial, y por eso en sus canciones nombran continuamente este enclave a las puertas del barrio de Santa Cruz. Los naranjos dan a este lugar tintes mágicos. Para los que quieran un poco de sol tienen al lado los Jardines de Murillo, pero sentarse bajo en la plaza de Doña Elvira es un lujazo. Siéntanse como el Tenorio: a él no le iba nada mal.

Plaza de la Encarnación

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Aunque nadie es indiferente a las conocidas como las ‘Setas’ de la Encarnación, nadie puede negar que se ha convertido en un mirador privilegiado sobre los tejados d la ciudad. Por estar en pleno centro y por sus pasarelas que se deslizan arriba y abajo sobre la estructura, Metropol Parasol es un balcón abierto a la historia de Sevilla. No dejen de contemplar el atardecer recortado y caprichoso sobre las azoteas de Triana y jugando al escondite con los arcos del Pabellón del Futuro que nos legó la Expo.

Galería alta de la Plaza de España

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Cualquiera le diría que paseara por el Parque de María Luisa o se diera un paseo en barca por la ría, pero es mucho mejor ascender por las imponentes escalinatas diseñadas por Aníbal González para el actual edificio que aloja Capitanía y llegar a los miradores de la primera planta para contemplar el verdor del parque y la grandeza de una plaza semicircular única en el mundo desde lo alto. La visión desde la balconada le conquistará.

Plaza del Cabildo

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Creo que no sabemos valorar esta pequeña plaza con acceso desde el Arco del Postigo o desde la misma calle Arfe. Cruzando un pequeño pasaje con techo bajo salimos a esta imponente plaza con pared de muralla y frescos en la balconada superior incluidos y que es una verdadera joya. Sentarse al rumor de la fuente o pasear por sus tiendas de coleccionistas y antigüedades es una maravilla. No dejen pasar la ocasión.

Jardines de la Caridad

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Frente al Hospital de la Santa Caridad y junto al Teatro de la Maestranza están los Jardines en los que está la estatua del filántropo Miguel de Mañara. Son unos jardines pequeños, pero merece la pena perderse entre sus senderos y reposar un rato en sus bancos. Además, por la noche tienen mucho encanto después de que el ayuntamiento haya renovado su iluminación, creando un entorno mágico.

Calles de San Bernardo

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No desprecien este arrabal tranquilo, porque por sus calles adoquinadas al caer la tarde se siente Sevilla en estado puro. Paseen por San Bernardo, adéntrense por la calle Portacoeli y déjense llevar por el lienzo albero de la Fábrica de Artillería, por la torre señorial de la parroquia del barrio de los toreros, por el encanto de las calles Campamento y San Bernardo, y asciendan por el puente imponente, símbolo de Nervión.

Plaza de la Alianza

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Y volviendo al centro, busquen la muralla del Alcázar por la calle Alcazaba y déjense llevar por una Sevilla que parece detenida en el pasado, la que vive al amparo de las paredes encaladas, los naranjos y el hermoso azulejo del crucificado de Santa Cruz con gustos portugueses. La plaza de la Alianza es un lugar para turistas, eso sí, estén dispuestos a que les claven si se sientan en sus veladores, pero quizá un día es un día. Y pocos lugares hay en Sevilla con tanto embrujo como este.

Miguel Pérez Martín

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