Cuando se inauguró todos agradecimos poder tener un mirador ajardinado en la ribera de la calle Betis, en la que escasean las zonas arboladas y abunda el ladrillo. Pero el Muelle Camaronero, coqueto mirador de Sevilla flotante, es ya un sueño roto. Plantas descuidadas, más tierra árida que vegetación, litronas vacías al sol… El muelle ya no es lo que era.
Cuando se abrió, allá por noviembre de 2015, el Muelle Camaronero fue anunciado a bombo y platillo después de dos años esperando abrirse por la necesidad de la autorización de la Autoridad Portuaria. Entonces, las plantas aún nacientes, afloraban con la humedad del otoño. Pero esas plantas y esa hierba se han secado, y hoy la zona ajardinada del muelle parece un secarral.
Para la zona de la plataforma flotante, sin embargo, se hace difícil imaginar a alguien paseando por esta pasarela que se posa sobre la pátina de agua del río en esta época del año. La vegetación seca ya apenas da frescor, y la ausencia de sombra en la plataforma de madera hace que solo los turistas incautos se acerquen al muelle. Además, bajo la rampa de descenso, día sí día también, vemos restos de basura y litronas vacías de los que pasaron la tarde en la plataforma litrona en mano y luego no recogieron sus desechos.
¿Volverá el Muelle Camaronero a su esplendor? ¿Hace falta reformular el paseo fluvial con algunos maceteros y bancos para que su uso y disfrute sea más sencillo? ¿Haría falta cuidar o replantar el manto verde para que no parezca un jardín abandonado? Danos tu opinión.
Miguel Pérez Martín