Una periodista del diario británico ‘The Telegraph’ publicaba hace unos días que su primer viaje tras la pandemia ya tenía un destino claro: Sevilla y Triana.
Rachel Cranshaw recrea en su artículo su viaje soñado a Sevilla, haciendo hincapié especialmente en su parada en Triana. Este viaje se vio frustrado por el inicio de la pandemia en marzo y el primer confinamiento de nuestro país. «Aún tengo abierta la ruta de los lugares que iba a visitar en mi móvil para cuando pueda retomar el viaje que nunca fue».
En su ensoñación la británica pasea por el río, las tabernas y las estrechas calles de la ciudad. Eso sí, en su hipotética visita a Triana se intuyen sus ganas por pasear por el arrabal y no se olvida de ningún detalle. Hace un repaso por la artesanía de la cerámica, la historia del Castillo de San Jorge y las múltiples opciones que ofrece el Mercado de Triana. Literalmente dice: «Puedes ver desde un espectáculo de flamenco en su micro teatro, tomar unas tapas, degustar deliciosos pasteles o incluso recibir una clase de cocina».
Cranshaw resalta también la posibilidad de hacerte tu propio azulejo y llevarte un trocito de Triana a tu casa. ¿Hay algo más trianero que la cerámica y sus dibujos?
Turismo
Quizás su viaje soñado, de apenas 48 horas, nos hace a los trianeros valorar aún más el tesoro que encierran nuestras calles. Disfrutemos ahora que lo tenemos casi en exclusiva para nosotros y esperemos pronto recibir con los brazos abiertos a los amantes de nuestra ciudad y nuestro barrio. Ellos también forman parte del imaginario colectivo de Sevilla. Las calles ahora desiertas de turistas por la pandemia mundial nos parecen un oasis, pero no olvidemos que el turismo es fuente de ingresos y de vida, porque la multiculturalidad siempre ha sido santo y seña de Sevilla.