Tras tres semanas trayéndonos temas sobre la «trilogía líquida» (el café, el té, y el agua) esta semana, en nuestra sección de nutrición es el turno de las vitaminas y sus suplementos. No en pocas ocasiones solemos acudir a un suplemento vitamínico para seguir adelante, o el médico nos receta vitaminas pero...¿Conoces realmente qué son las vitaminas y qué es lo que te aportan? Aquí te lo cuenta nuestro nutricionista.
Las vitaminas se encuentran dentro de los denominados micronutrientes. Lo de micronutrientes no debe ser mal entendido y por eso de llevar el prefijo micro-, darle menos importancia a un grupo de sustancias que se hacen indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Dentro de las vitaminas encontramos otra subdivisión, ya que las vitaminas se pueden dividir en vitaminas hidrosolubles y vitaminas liposolubles.
Las vitaminas hidrosolubles son la Vitamina C y el grupo de Vitaminas B. Se denominan hidrosolubles porque como su propio nombre indica son solubles en agua. Este tipo de vitaminas se pueden deteriorar con la temperatura a la hora de cocinarlas. Al ser hidrosolubles, también se pueden «perder» en el agua de lavado o de cocción, por tanto, es recomendable que al cocinarlas, el agua de cocción sea reutilizada, ya que este contendrá vitaminas. Para obtener el máximo de estas vitaminas includias en un alimento, se aconseja que el consumo sea «en crudo».
Este grupo de vitaminas no se almacenan en el organismo, por tanto su consumo debe de ser periódico. Una ingesta superior a la requerida no sería perjudicial para el organismo, ya que el exceso de estas se elimina a través de la orina. Los alimentos donde se encuentran más frecuentemente son en los de origen vegetal. Las vitaminas más conocidas dentro de las hidrosolubles son la Vit. C (Ácido ascórbico) y la Vit. B9 (Ácido fólico).
Por otro lado nos encontramos las vitaminas liposolubles que son las Vitaminas A, D, E y K. Como anteriormente hemos indicado que las hidrosolubles son solubles en agua, en este caso las liposolubles son solubles en las grasas. Por tanto estas nos las encontramos en alimentos grasos. Estás vitaminas, a diferencia de las hidrosolubles, si se almacenan en el organismo, por lo que su consumo no tienen por qué ser diario, siempre que los depositos de estas estén bien cubiertos.
Dichas vitaminas se almacenan en el hígado y en el tejido adiposo (zonas grasas de nuestro organismo, como por ejemplo los comunmente conocidos como michelines). Esto se debe a la característica comentada con anterioridad, la cual permite a estas vitaminas ser solubles en las grasas. Al poder almacenarse en el organismo, estas vitaminas pueden resultar tóxicas si su consumo es muy elevado, algo que no suele ser muy comun, ya que se debería de consumir más de 10 veces las cantidades recomendadas y eso es dificil de superar, si se lleva una dieta no muy desorbitada. Las vitaminas más conocidas dentro de las iposolubles son la Vit. A (Retinol) y la Vit. E (Tocoferol).
Tras tener presente los dos tipos de vitaminas que existen, es un buen momento para hacer un apunte muy importante de los suplementos de estas. Hay que dejar claro ante todo que si se lleva una dieta sana y equilibrada no es necesario, ni aporta ningún beneficio extra el consumo de suplementos vitamínicos. Incluso en dietas de pérdida de peso, si esta está bien balanceada, que es lo normal en una buena dieta de adelgazamiento si la desarrolla un profesional de la nutrición y la dietética, el consumo de suplementos se hace inútil. Esta afirmación se puede extender a toda la sociedad, ya hablemos de niños, ancianos, deportistas o demás situaciones especiales.
Solo se hace necesario el consumo de suplementos vitamínicos cuando existe una avitaminosis diagnosticada o una enfermedad que tienda a producir avitaminosis. Siendo la avitaminosis un deficit de vitaminas en el organismo. Esta avitaminosis la pueden sufrir también deportistas de alto rendimiento, aunque si siguen una dieta adaptada a sus horas de entrenamiento, no existirá en ningún momento.
La idea que tiene la sociedad de que un consumo superior al necesario de vitaminas, favorecerá el crecimiento en el caso de los niños y el rendimiento deportivo en el caso de deportistas es erroneo. El consumo debe ser el adecuado en cada caso, pero nunca superior. Si el consumo fuese superior en el caso de vitaminas hidrosolubles no sería un problema, ya que se eliminarian a través de la orina. Pero si hablamos de vitaminas liposolubles, como bien se ha indicado antes, podrían producir toxicidad en el organimo.
Por tanto, se recomienda que se lleve una dieta sana y equilibrada, de esta manera no tendrá por qué preocuparse del consumo de vitaminas, ni de la posibilidad de sufrir avitaminosis.
Pablo Vélez Ortiz
Nutricionista-Dietista.
@NdenCasa
www.ndencasa.es