Los trianeros no pudieron hacerse con los tres puntos el pasado domingo en un encuentro marcado por la actuación arbitral y que pudo quedar sentenciado a favor de los locales minutos antes del pitido final. Así, los de Javier Castaño terminan la jornada quintos a ocho puntos de la UD Bellavista, primer clasificado.
La primera parte del choque fue intensa en cuanto a actitud, con muchos balones divididos, pero carente del fútbol de ambos conjuntos. El enfado de los rojinegros comenzó entonces: “desde el banquillo local se apreció la existencia de codos en todas las jugadas aéreas por parte del equipo visitante, muy experimentado y con mucha veteranía”, explica Javier Castaño, entrenador de los arrabaleros. Estas quejas se las hicieron llegar al árbitro y, según el técnico del Triana, les indicó con palabras textuales: “eso es fútbol. Es un deporte de contacto”.
El partido se siguió disputando con la misma dinámica y las faltas continuaban sin señalarse cuando, fruto de ese juego aéreo de brazos, el lateral trianero Víctor Romero quedó lesionado con una posible fractura de pómulo tras recibir un codazo. Entonces, el colegiado indicó falta y mostró la tarjeta amarilla al autor del golpe. “¿Eso es fútbol? ¿Tiene que haber sangre o pasar algo grave para que se pite?”, se pregunta Javier Castaño.
En la segunda parte, con más fútbol por parte de los dos contendientes, el juego de los trianeros mejoró al conseguir descontagiarse de los aspectos ajenos a lo puramente deportivo. Musi, delantero del Triana, vio amarilla por rozar el balón justo a la vez que el pie del contrario. En la siguiente jugada, el mismo jugador realizó un control orientado e hizo el 1-0 de vaselina. Después, en un nuevo lance del encuentro, se produjo un choque entre cuatro jugadores, dos de cada equipo. Musi de nuevo, que entraba desde atrás, remató a la escuadra de cabeza. El gol lo celebraban los locales mientras los futbolistas visitantes se compadecían de su error en el marcaje.
“De repente, el linier, con un reglamento nuevo anuló el gol y levantó la bandera mucho antes de que ningún jugador hiciese contacto con el balón. Es cierto que los dos primeros futbolistas estaban en posición antirreglamentaria pero no intervinieron en la jugada. Además, Musi, que es quien remata, entra tres metros por detrás de la línea de fuera de juego. El reglamento determina que, hasta que el infractor no toque el balón, no se debe pitar”, lamenta Javier Castaño, entrenador de los rojinegros.
Segundos después, el mismo jugador, Miguel Chillón, alias Musi, encaró a un central en velocidad tras una pared y se hizo un autopase para rematar a gol. “Entonces, el central marchenero lo empujó con la mano y lo zancadilleó de forma sonora. Cayó derribado y el árbitro, sorprendentemente, le mostró la segunda amarilla por intentar engañarlo dejándose caer y lo expulsó. No señaló el penalti y, de poder ir 3-0, pasamos a ir ganando 1-0 con un futbolista menos”, argumenta el míster de los locales y añade: “quiero decir de mi delantero, que aún no ha cumplido los 21 años, que es la primera vez en su vida que lo expulsan. No solo eso, también es la primera ocasión en la que le sacan amarilla por en teoría tirarse”.
El colegiado descontó seis minutos y en el 93’, fruto del cansancio y de la impotencia después de todo lo ocurrido, el Triana encajó el 1-1 en una falta lejana a su área. “Aún así, el árbitro, viendo el panorama que había dibujado, nos regaló un par de faltas inexistentes”, opina Javier Castaño. En una de ellas, Alejandro Lérida tuvo el 2-1 pero se marchó alto su remate de volea. “Solo espero que el informador de árbitros que allí se encontraba haya anotado todos estos errores. Mis chavales y mi cuerpo técnico trabajamos muy duro martes, jueves y viernes. Sacrificamos los fines de semana y nuestro tiempo para que se nos falte el respeto de esta manera. Espero que solo hayan tenido un mal día y reflexionen. Ahora, nos toca levantar la moral que han hundido este colegiado y el linier, puesto que el otro juez de línea ha pasado desapercibido durante los 90 minutos, como hacen los grandes árbitros. A nuestros jugadores, poco o nada se les puede reprochar del domingo. Son muy grandes y aún queda un mundo. A seguir trabajando”, sentencia el entrenador del Triana.
Javier Fernández Maeso