Un partido de esos que pueden marcar una temporada, que ayudan a tomar aire y que consiguen que se levante al menos un poco la cabeza, lo justo y necesario para poder mirar desde más cerca la ansiada zona noble de la tabla con la cual tanto se sueña desde el arrabal a pesar de que cueste decirlo.
El Triana Club de Fútbol cuajó el domingo un partido que, si bien no fue perfecto, acabó con el resultado deseado por todos, una victoria ante un Ciudad Jardín que ni mucho menos vendió los puntos baratos en el Charco de la Pava. De hecho, tanto fue así que cuando apenas habían transcurrido 20 minutos de juego el conjunto nervionense logró ponerse por delante en el marcador, gracias a un tanto de Álvaro que sentó como un jarro de agua fría a la escuadra de Juanma Prado, que sin embargo dio síntomas de reacción antes de un descanso al que se llegó con el 0-1.
Tras el paso por vestuarios, el esfuerzo rojinegro encontró su merecida recompensa. No en vano, corría el minuto 50′ cuando Juanjo volvía a poner las tablas en el marcador (después de un gol anulado previamente a cada equipo). El empate dio alas al Triana, que, consciente de que conseguir los tres puntos y empezar el año con buen pie era casi obligatorio, se lanzó a por una victoria que llegaría prácticamente ‘in extremis’. Corría el minuto 82 de partido cuando Álvaro Jiménez batía a Sergi, meta del Ciudad Jardín, para poner un 2-1 que, a la postre, sería definitivo, en un encuentro que acabó con ocho minutos locos en los que fueron expulsados dos jugadores visitantes.
Al final, tres trabajados y merecidos puntos que se quedan en Triana; una victoria que ayuda a creer…
E.A.