Ha llegado el día en el que las calles del arrabal se visten de naranjo en flor y de festivo tamboril. La Hermandad del Rocío de Triana parte a la aldea para ponerse a los pies de la Reina de las Marismas.
Tras la misa de romeros a primera hora de la mañana, la Hermandad del Rocío de Triana, tras los festejos del bicentenario del año pasado, se prepara para encaminarse a la aldea almonteña. A partir de las nueve de la mañana la carreta de plata empezará a recorrer las calles del arrabal con sones rocieros desde su capilla en la Calle Evangelista.
Desde la calle Evangelista enfilará Pagés del Corro para adentrarse en la arteria principal del arrabal, San Jacinto. Se rendirá a los pies de La Valiente a las puertas de la Capilla de la Estrella y se encaminará hacia el Times Square de esta orilla del río, la plaza del Altozano. Desde ahí se encaminará a Callao y San Jorge para enfilar la calle Castilla.
Habrá parada especial a las puertas de la Capilla de la O y luego se parará ante la Basílica del Cachorro para despedirse del arrabal hasta una semana después, cuando el simpecado se traiga de vuelta el polvo del camino y la satisfacción por la gloria ganada ante la Blanca Paloma. Un año más. Como desde hace dos siglos.
R.T.
