El gemelo con acento francés del Puente de Triana

Puente del Carrousel original

Corría el año 1831 cuando, siendo rey de Francia Luis Felipe I, recayó sobre las manos del ingeniero francés Antoine-Rémy Polonceau la labor de construir un puente que cruzara el Sena y uniera los distritos I y VII de París.

Tres años tardó Polonceau en construir el puente, que originariamente iba a llamarse Puente de los Santos Padres (por situarse en la desembocadura de una calle con este nombre), pero que en su inauguración el rey bautizó con el nombre de Puente del Carrousel, por su cercanía con el Arco del Triunfo del Carrousel. Sin embargo también se le conoció como Puente del Louvre, por la cercanía del Palacio del Louvre.

Polonceau fue todo un innovador en el diseño del puente, pues mientras en media Europa se había instalado la moda de los puentes colgantes, él diseñó un puente en arco con una compleja estructura de hierro y madera. Una obra de arte de la ingeniería francesa, con 169,5 metros de largo (tres arcos de 47,67 metros) y 11,85 metros de ancho.

Puente del Carrousel original
Puente del Carrousel original.

Once años después, en 1845, y siendo reina de España Isabel II, el Ayuntamiento de Sevilla hizo realidad un sueño que había durado ocho siglos: la construcción de una edificación sólida que comunicara la capital con el arrabal de Triana y, más allá, con todo el Aljarafe. 

Anteriormente ya había habido algunos intentos. En el siglo XII, durante la época musulmana y con el califa almohade Abu Yacub Yusuf en el gobierno, se procedió a la construcción del famoso Puente de Barcas, que consistía en 13 barcas amarradas con cadenas sobre las que se apoyaban tablones de madera amarrados fuertemente. Se optó por este modelo de puente debido a que la poca estabilidad de la tierra en las orillas del Guadalquivir hacía imposible en aquella época la construcción de una estructura sólida.

No fue hasta el siglo XIX, cuando las técnicas del hierro ya se habían desarrollado, que se volvió a plantear la construcción de un viaducto permanente en la ciudad. El proyecto fue encargado a los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, que eligieron la piedra y el hierro como materiales, inaugurando así este tipo de arquitectura en nuestra ciudad y convirtiéndose en pioneros a nivel nacional.

Para su diseño Steinacher y Bernadet copiaron el modelo del Puente del Carrousel de Polonceau. El Ayuntamiento aceptó el pago de la patente, pero con la condición de que el nuestro estuviera construido con piezas realizadas en Sevilla. La construcción del viaducto se prolongó durante siete años, hasta que en 1952 se inauguró con el nombre de Puente de Isabel II, en honor a la reina vigente en la época.

Puente de Triana original
Puente de Triana original.

Durante casi 80 años ambos gemelos coexistieron, sobreviviendo al cambio y las guerras. Pero hubo un elemento que fue definitivo en el cambio de uno y en la demolición del otro: la llegada masiva de vehículos motorizados.

En 1883 el Puente del Carrousel se encontraba ya bastante deteriorado, y decidieron sustituir su parte de madera por hierro, quedando así totalmente metalizado. Pero a pesar de esta modificación la estructura se mostraba cada vez más inestable, hasta que en 1930 decidieron demolerlo y construir uno nuevo.

La obra fue encargada a los ingenieros Henry Lang y Jacques Morane, y a los arquitectos Gustave Umbdenstock y Toury, quienes respetaron la estructura y lo construyeron con hormigón armado revestido de piedra, para que conservara su aire monumental. Además, Raymond Subes diseñó un curioso sistema de iluminación para el nuevo puente, con unas farolas telescópicas cuya altura varía a lo largo del

día (13 metros de día y 20 metros de noche).

De esta forma los parisinos perdían su puente original y nosotros mantenemos una copia del suyo.

Puente del Carrousel actual
Puente del Carrousel actual.

Por su parte el Puente de Isabel II, nuestro Puente de Triana y declarado Monumento Histórico Nacional desde 1976, sufrió una profunda modificación en 1977 para consolidarlo de cara al paso de los vehículos motorizados. El tablero del puente se sustituyó por uno más ancho, y se instalaron unas vigas ajenas ajenas a los aros metálicos originales, sobre las que descansa el tablero. De esta forma los aros perdieron su misión inicial de soporte, y el puente perdió la cornisa que lo atravesaba longitudinalmente.

Puente de Triana actual
Puente de Triana actual.

Durante mucho tiempo se creyó que el Puente de Isabel II era obra del ingeniero y arquitecto francés Alexandre Gustave Eiffel, quien se hizo mundialmente famoso por sus estructuras férreas en puentes, edificios y torres (la más conocida la que lleva su nombre en París). Sin embargo, la incorcondancia de fechas y la existencia de papeles que demuestran la copia de la obra de Polonceau acabaron con esas leyendas.

Hoy se conservan algunas pinturas, grabados e imágenes del Puente del Carrousel en las que es inevitable identificar la ambientación de la Triana del siglo XIX. Y es que las similitudes entre Sevilla y París que se observan en esas estampas son muchas. Las imágenes parisinas del puente de Polonceau bien podrían confundirse con las que se tomaron desde la actual calle Betis o desde el antiguo puerto de Sevilla, con la diferencia de que lo que se ve a lo lejos no es la Capillita del Carmen sino el Museo del Louvre, y que las aguas que bañan las dos orillas son las del Sena, y no las del Guadalquivir.

Tanto es así que el mismísimo Vincent van Gogh retrató el puente parisino en 1886, y hasta que se conoció la historia de Polonceau muchos sevillanos pensaron que el pintor postimpresionista pasó una época en nuestra ciudad y se llevó un lienzo en acuarela de recuerdo.

Puente del Carrousel original
Puente del Carrousel original.
Puente del Carrousel original
Puente del Carrousel pintado por Van Gogh.

En el año 2002 se cumplía el 150 Aniversario del Puente de Triana. El que sin duda es uno de los vecinos más viejos del barrio sigue siendo un reclamo para los turistas parisinos y franceses, que se acercan al viejo arrabal para contemplar al gemelo del que hace 84 años perdieron y que vivió durante casi un siglo.

Investigación y redacción: Carlos Jordán

Fuentes: 1234567

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