María, trianera de 35 años, un día hizo la maleta para buscar su sueño lejos de Sevilla. Una aventura que le ha llevado por varias ciudades hasta que por fin ha echado raíces en Cáceres, donde ahora trabaja en el Centro de Recuperación de Animales y vive felizmente aunque sin olvidar el barrio que un día le vio nacer.
– ¿Por qué te fuiste?
– Bueno, en realidad me he ido dos veces: la primera vez me fui a estudiar… La segunda, a trabajar. Me fui con diecisiete años a estudiar biología a Córdoba, volví pero las oportunidades de trabajo me volvieron a llevar lejos y terminé en Cáceres.
– ¿Qué echas de menos de tu barrio?
– Las cervecitas frías (en ningún sitio como en casa), las tapitas, la alegría, la picardía de la gente…. Lo fácil que es andar por sus calles. La tranquilidad con la que puedes hablar con la gente, gastar bromas sin miedo a que se ofendan o se molesten, que la respuesta siempre sea una carcajada. Al final es sentirme en casa. Vuelvo muy a menudo porque allí sigue mi familia y supongo que cada vez que voy me traigo ‘ese aire’.
– ¿Qué has descubierto fuera de tu barrio? ¿Qué hay allí que no tenga nada que ver con lo que veías como algo normal aquí?
– Cáceres es una ciudad muy tranquila que tiene una riqueza natural y cultural increíble y disfruto de ella cada día. En cinco minutos sales de una ciudad medieval y apareces en un espacio protegido. La verdad es que es un lujo que a veces pasa desapercivido.
– ¿Has encontrado lo que esperabas? ¿Cómo es tu vida allí?
– Supongo que sí. Me fui por trabajo y sigo trabajando, que no es poco. Además trabajo en algo que me gusta, en plena naturaleza y aprendo cosas nuevas en mi trabajo continuamente. En ese sentido creo que no puedo pedir mucho más.
– ¿Cómo presumes de tu barrio en el lugar donde estás?
– Triana no necesita mucha presentación, más de una vez me han dicho: que suerte ser de Triana! Y yo me rio y les digo: Si, Triana es lo más grande!
– ¿Cómo ves desde fuera la situación de tu barrio comparándolo con el lugar donde estás ahora?
– Lo veo alegre y muy vivo. Sonriente y lleno de gente amable.
– ¿Recomendarías a alguien seguir tus pasos, salir de Triana?
– Sí, lo recomendaría. Cuesta salir de lo que conoces, el barrio en el que te has criado forma parte de ti, pero salir te da una perspectiva diferente de las cosas, abre tu mente y tu mundo, te enseña a valorar las cosas.
– ¿Vas a volver?
– No lo sé, nunca se sabe. Hoy no lo veo posible, pero tampoco pensé que me iría.
R.T.