Estamos en pleno agosto y a pesar del calor el ritmo no para. Miles de turistas visitan nuestras calles, dan color y alegría, diversidad. Dinero. Pero también acarrean problemas serios. Hablamos de la vivienda, del comercio, de la convivencia… De todo lo que poco a poco se va perdiendo.
Es una realidad, aunque los responsables miren hacia otro lado, y la preocupación se siente en la calle. De hecho, nos han hecho llegar un escrito que se está extendiendo por Triana a modo de manifiesto, en las paredes de sus calles. Un escrito cargado de razón y sentimiento que queremos compartir con nuestros lectores. Íntegro.
Un turista más… Una vecina menos.
Solo hay que mirar a nuestro alrededor y ver cómo cada día hay más turistas en nuestras calles, plazas… y viviendas. Solo hay que mirar a nuestro alrededor para ver como cada vez más pisos son de uso turístico (en nuestros bloques somos testigos directos de esto). Pero, además, las nuevas viviendas que se están construyendo es están enfocando para ese uso (un turista es más rentable que un vecino).
Es decir, cada vez hay menos viviendas para vecinos y más pisos turísticos, con todo lo que esto conlleva para el barrio. Como, por ejemplo, la subida de los alquileres y la expulsión de inquilinos que no puedan asumir la subida (como ya está pasando). Como, por ejemplo, la transformación de los comercios del barrio (tienda de souvenirs o Burger King por farmacias o ferreterías) hacia una consumidor turista. Esto lleva a la progresiva desaparición del pequeño comercio en beneficio de las grandes franquicias, como ya ha pasado en la calle San Jacinto.
El turismo avanza de forma descontrolada por las ciudades españolas, transformando los barrios y provocando toda una serie de problemas a sus vecinos, en primera instancia y de forma directa, y al modelo de ciudad, en segunda instancia y a largo plazo. Suben los alquileres haciendo la zona cada vez más excluyente, el comercio va cambiando hacia ese nuevo tipo de consumidor turista y, progresivamente, Triana se convirtiendo en un parque temático para turistas.
Los que molestamos en este proyecto somos los vecinos y vecinas, comerciantes y hermandades, en fin… Los que hemos dado vida e identidad a Triana durante las últimas décadas.
Poco más que añadir.
