El otro día leí un tweet en el que denunciábais el problema que supone en Ronda de los Tejares el paseo compartido por coches, bicicletas, peatones y, con éstos, perros; y lo cierto es que no podría estar más de acuerdo.
Cada día me levanto temprano para correr desde el Cachorro hasta Los Ángeles por el paseo de Ronda de los Tejares -la Vía, como popularmente la conocemos todos aquellos que nos hemos criado en la zona-, y los coches son una auténtica molestia para poder realizar mi actividad física. Es un paseo, no un aparcamiento, y como tal debería ser exclusivamente para los peatones. A cambio, la única protección que tenemos es un cartel en el que se da «preferencia absoluta al peatón» y al que nadie hace caso. Muchas son las ocasiones en las que he tenido que esquivar vehículos o apartarme a la arena -en invierno barro- para que el conductor, sin ningún tipo de reparo en pisar bastante el acelerador por la zona, pase por la que se supone es la acera.
Creo recordar, y seguro que no me equivoco, que habilitar el paseo para que los coches aparcaran fue una solución temporal mientras se estaban realizando los aparcamientos de Ronda de Triana y la Avenida de Coria, y que una vez acabados éstos el paseo volvería a ser como antes, una agradable zona por la que andar, correr o pasear.
Por eso me pregunto, ¿qué ha cambiado para que un paseo que aprovechábamos todos los trianeros se haya convertido en un aparcamiento? Lo que más me duele es que hace unos meses el distrito se enorgulleció de anunciar 300 nuevas plazas de aparcamiento en Ronda de los Tejares -los mismos que desde años estaban en la vía-, confirmando así que nunca más volveremos a disfrutar de nuestra zona de paseo.
Cuatro pivotes, dos señales, un par de baches arreglados y todos contentos, al menos los conductores que pueden aparcar, que pregunten a los peatones que, como yo, se han quedado sin paseo. Eso sí, decenas de gorrillas se han instalado en la zona, reflejo del ‘buen’ hacer de este Ayuntamiento que nunca piensa en las personas.
Anónimo
