El pasado miércoles 26 de agosto se conocía la noticia del fallecimiento del Vari de Triana a la edad de 76 años. Evaristo era el nombre de pila de este célebre y querido personaje del barrio. No era cantaor pero cantaba, no era bailaor pero bailaba, no era humorista pero hacía reír… Se trataba de una de esas personas especiales y únicas que conforman la identidad de Triana, lo que hace de ella un lugar diferente, atractivo y, en muchas ocasiones, admirado. El Vari desprendía la esencia del barrio.
Era el tipo de personaje que se gana el corazón de los trianeros. Desconocido de puertas hacia afuera pero con unas cualidades que cautivan a sus vecinos. Alguien por el que preguntas en Triana y del que casi todo el mundo tiene algo que contarte. Sin embargo, uno cruza el puente y ya no ocurre lo mismo. Un adjetivo que lo definiría a la perfección es el de “puro”. Un trianero de corral, de los antiguos, que abre su corazón y disfruta arrancándose por soleá de Triana como en el siguiente vídeo:
“Pídeme lo que tú quieras y lo que te dé la gana. No me vayas a pedir que me vaya de Triana”, cantaba el Vari por soleá, este palo del flamenco que cuenta con una variante característica de nuestro barrio que él interpretaba a menudo en sus reuniones. Concretamente, las soleares del Zurraque o cante típico de los alfareros que entonaba con sentimiento y dulzura. Volvió a repetir estas letrillas en su aparición en el capítulo “Puente de Triana” de Callejeros, programa de televisión de Cuatro. Era la segunda vez que los periodistas de dicho espacio de reportajes grababan una de sus producciones en Triana tras la de Callejeros “Triana”.
Seguramente, su composición más conocida y jaleada es la de “Chica salvaje”, la cual llegó a grabar para un disco con el grupo Siempre así. Con una letra muy trianera y cómica que decía lo siguiente: “Chica salvaje te vas al Bar Manolo, chica salvaje y comes como un lobo, chica salvaje te vas an cá Macario, chica salvaje y ves el telediario […], chica salvaje te hartas de potaje”.
Solía recurrir a ella en muchos ambientes, con la colaboración de un público que así se lo reclamaba. Por ejemplo en El Rocío, donde acudía frecuentemente y cocinaba (otra de las virtudes de nuestro protagonista).
Su peculiar personalidad lo llevó a aparecer en el famoso y desaparecido programa Crónicas marcianas que dirigía Javier Sardá.
Desde Triana al día hemos querido brindar nuestro particular homenaje a la memoria de este entrañable vecino. Las calles de Triana ya no serán testigo de sus “buenos días, señorita” pero su legado ya forma parte de la cultura popular de un barrio histórico.
Javier Fernández Maeso
