Una vez más, Triana se volcó en un acto navideño tan tradicional como ilusionante a ojos de los más pequeños. La dársena del Castillo de San Jorge estaba abarrotada de gente, niños y mayores esperaban al Heraldo de la Cabalgata de Triana a orillas del Guadalquivir.
Pasadas las 17:15 horas aparecía una embarcación surcando las aguas del río hispalense para atracar en la orilla trianera no sin antes saludar a todos los fieles apostados en el Puente de Santa Isabel y despedirse con un emotivo abrazo del Barquero de Triana, su particular chófer para esta ocasión.
Los beduinos cantaban aquello de «Heraldo, Triana, te espera ya con ganas» y otros clásicos como el «que viene, que viene», toda una tradición en estos negritos que tanto animan al personal. Allí también esperaba al Cartero Real la banda Virgen de los Reyes.
Y así, pasadas las cinco y media de la tarde ya teníamos al Heraldo en Triana. Comenzaba así una recorrido por las distintas calles trianeras que se alargó hasta más de las nueve de la noche después de atravesar las calles Pureza, Rocío, Rodrigo de Triana, Alfarería, Callao, San Jorge, San Jacinto, Pagés del Corro, Rafael Salas y terminar su paseo en la plaza Montepirolo. Hubo un alto en el camino alrededor de las 18.45 horas en la Parroquia de Santa Ana, donde tuvo lugar el acto de coronación de los Reyes Magos de Triana por el delegado del Distrito, Curro Pérez.
Ahora llega el protagonismo de los reyes que en la mañana del domingo están en el Mercado de Triana para atender a las últimas peticiones de los pequeños del barrio.
J.M.C.
