A pesar de la amenaza de lluvia, el cielo dio una tregua este Viernes de Dolores y Triana estrenó las vísperas de Semana Santa con la Hermandad de Pasión y Muerte en la calle. Cumpliendo los horarios realizaron la Estación de Penitencia a la Real Parroquia de Santa Ana rodeados de un cortejo de fieles y vecinos que salieron a la calle a contemplar la talla de José Antonio Navarro Arteaga.
A la llamada de los capataces Carlos Puelles Cervantes y Antonio Pérez Oliver, el Stmo. Cristo de Pasión y muerte salió de la Parroquia de Ntra. Sra. del Buen Aire acompañado de un cortejo de cien nazarenos vestidos de ruán negro.
Un aire de recogimiento y austeridad impregnó el ambiente cuando los primeros ciriales avanzaron por la calle Virgen de Fátima y tras ellos, empujado por los costaleros, el paso que sostiene la imagen de Jesús crucificado expirando su último aliento antes de la muerte.
Una vez fuera, los costaleros y auxiliares pusieron los cuatro hachones y colocaron los zancos y cuando estaba todo listo, la zambrana en su sitio y los costaleros bajo las trabajaderas, lentamente se fue subiendo al Stmo. Cristo que yacía recostado sobre el paso.
Durante el recorrido, se vivieron momentos muy emotivos, el rezo ante el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Triana en la calle Evangelista, la Hermandad de la Estrella y la de la Esperanza de Triana, cuyas representaciones esperaban ante las puertas de las respectivas iglesias. Una vez en la Parroquia de Santa Ana, los nazarenos en pareja entraron a presentarse al Santísimo y rezar el Padre Nuestro, mientas en la calle esperaba el paso que este año no ha podido entrar en la parroquia debido a las obras que se están acometiendo en la puerta.
Un gran día para la única hermandad de negro del barrio de Triana que, a pesar de su corta vida, es grande la devoción que despierta entre los sevillanos.
Sonia Saco